Prólogo

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QUE QUEDE CLARO QUE NO ME RELACIONO CON ESTA HISTORIA EN LO MÁS MÍNIMO, SOLO LA RESUBO PORQUE A MUCHA GENTE SOLÍA GUSTARLE. (escribí con mayúsculas sin querer y me da flojera escribir todo de nuevo, espero que entiendan)


Y allí estaba otra vez, inyectando a un pequeño infante de tan sólo seis años que le veía curioso, aunque se sintió aliviado de que el chico no mostratara miedo ante la pequeña aguja mariposa que le pondría en el brazo. Hoseok acarició los cabellos del pequeño Yoongi y sonrió.

- Va a ser como un pequeño pinchazo, ¿sí, corazón? - El chico asintió inocentemente y pareció no inmutarse de la aguja entrando a su piel, aunque algo llamó la atención de los dos que estaban entre las cortinas médicas. Un fuerte golpe se escuchó del otro lado de la pared y Jung entró en alerta.

- T-Taehyung, ¡más fuerte, más fuerte! -Hoseok enrojeció hasta las orejas y miró a Yoongi con los ojos abiertos como plato, el chico se veía igual que él, sólo que sin entender; de cierto modo se sintió agradecido de la inocencia del pálido, pues, de no haber sido así hubiese que tenido que dar explicaciones las cuales no estaba preparado para decir.

- Yoongi...

- Mamá también le dice eso a papá de noche, ¿eso es malo? -Maldición. Hoseok en ese momento quiso golpear, despedazar, romper y volver a golpear al idiota de su jefe, joder, ¡era pediatría, una zona exclusiva de niños!

- N-no es malo, Yoongi. Sólo ponte esto mientras inyecto el resto del suero. -Jung rebuscó en los bolsillos de su delantal hasta dar con sus auriculares y cederlos al niño, pasándole luego su celular, fue así que que el infante quedó emocionado y el mayor secó el sudor de su frente, llenando el papeleo con los datos de aquel chiquillo que iba a parar allí porque era la tercera vez que robaba los dulces escondidos en su casa y se los comía hasta vomitar como desquiciado, el suero era la única solución a su vacío estómago luego de botar hasta su alma (no literalmente, pero era una muy buena comparación).

Hoseok siguió escuchando los sonidos del otro lado y apretó sus puños con fuerza, teniendo una expresión molesta en su rostro, ¿cómo era posible? ¡Taehyung era el hombre más desubicado! Y es que enfermera que entraba a su oficina salía casi en silla de ruedas. Su alto, grande, varonil y espléndido jefe con voz rompe ovarios estaba follándose a todo su equipo, y, oh cielos, él no dejaría que traumara a sus niños, claro que no, ¡sobre su cadáver lo haría! Eran infantes tan pequeños y aquel idiota sólo se preocupaba de tener incontables sesiones de sexo, ¿acaso tenía siquiera un poco de decencia? Lo más probable es que no.

Hoseok no se quedaría con los brazos cruzados, jamás lo haría. A sus cortos veinticuatro años sabía que por lo menos, los niños no deberían de ser traumados con sonidos grotescos llenos de deseo por el otro lado de la pared.

- Oh Dios, ¡T-Taehyung! -Hoseok suspiró mordiendo su labio inferior con fuerza, su paciencia estaba agotándose, y su rostro se encontraba totalmente rojo, estaba al borde del colapso y entonces se percató de otra presencia a su frente.

- Disculpe, ¿qué se escucha del otro lado? -¡Bravo! Qué maravilloso momento para que llegara ahora la madre de Yoongi. Si fuera poco, su rostro parecía estar en el rojo vivo. Él quería odiar a Kim Taehyung, y estaba a nada de hacerlo.

- Y-yo... Digo, e-es... -Piensa, maldición, piensa. -¡El nuevo hit del momento, señora! ¿No lo ha escuchado? ¡Oh Dios, Taehyung! ¡Oh Dios, Taehyung! -Comenzó a cantar y entonces la mujer de unos cuarenta años le miró como el bicho más raro del mundo. Podría jurar que si en ese momento su jefe hubiera estado allí le habría despedazado hasta más no poder mientras le pegaba en esa bonita cara hasta dejarlo destrozado. Castrarlo era una buena idea también, pero no quería llegar a extremos, claro que no, tenía una reputación que cuidar.

moans | th + hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora