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Hoseok se removió, demasiado cómodo para no pensar en otra cosa. Sus manos, maldita sea, las manos de Taehyung viajaban por todo su cuerpo y un beso lascivo y lleno de deseo era el que compartían mientras el calor se llenaba por toda la habitación y sus lenguas luchaban con la impropia para poder ganar una guerra inexistente, así también el roce de sus miembros era algo tan exquisito y satisfactorio que sin lugar a dudas era lo mejor del mundo. Sin embargo, Hoseok lo quería dentro, Dios mío, cada parte de su cuerpo deseaba que la polla de Taehyung llegara hasta sus entrañas, que terminara hecho todo un lío de gemidos y lloriqueos, quería deshacerse entre esas grandes y delgadas manos, quería sus dedos, su falo, absolutamente todo porque Kim era malditamente caliente.

Y de verdad que le sintió.

O bueno, eso creyó.

Un ruborizado y sudoroso Hoseok abrió los ojos mientras el sonido de la alarma llenaba su habitación. Sudor recorría por su frente y cuando levantó la sábana fue capaz de notar un bulto entremedio de su pantalón de pijama. Tragó saliva y apagó rápidamente el sonido insistente e irritante que su móvil proporcionaba a esas horas de la mañana.

- Mierda. -Susurró corto, cansino. ¿Acaso él...? Dios, ¡él había soñado con Taehyung de esa manera! No podía ser posible, ¿por qué él soñaría algo así? A ese punto no le era difícil concluir que el hecho de escuchar tantas veces a sus compañeras gritar de placer hizo que inconscientemente terminara imaginando cosas que no son. De verdad que estaba sorprendido, sin embargo, por más que intentara analizar la situación, su miembro estaba ahí, crispado, como si se tratara de una serpiente en busca de su presa, arriba. Lo peor fue que cuando se sentó un pequeño gemido escapó de sus labios por el roce de sus nalgas entre sí.

Él se sentía tan sucio.

Pero si...

No, no lo haría, jamás lo haría. El hecho de haber quedado de buenas con Taehyung no cambiaría en nada su apetito sexual. Hoseok era un orgulloso de primera y claramente no se dejaría caer, claro que no. Como pudo, corrió de forma incómoda al baño (por sus propios fluidos) y una ducha de agua helada fue más que suficiente, o eso quiso pensar porque su mente era insistente con las imágenes del sueño húmedo que tuvo en la madrugada, de todos modos, tendría tiempo luego para ver qué sucedería con la dirección que tomaron sus sueños esa noche porque incluso hasta llegó a parecerle un improperio a su propia persona.

- ¡Mamáaaaaaaaaa, Hobi se hizo pipí otra vez! -Mientras el susodicho lavaba sus dientes escuchó a su pequeña hermana y sus orejas se tiñeron de carmín rápidamente, escupiendo el contenido en su boca y corriendo a su habitación, notando allí el cómo Jiwoo miraba con asco la parte levemente húmeda de las sábanas gracias a sus fluidos. Tragó saliva nervioso y sacó lo antes posible a su hermana de allí, pensando en qué excusa dar si es que su madre daba una aparición. Miró a sus lados inquisitivamente hasta que dio con su vaso de agua, ¡perfecto! Lo vació en la tela y dejó el vaso encima, la mujer justo entró.

- ¿Cómo es eso de que te has hecho pipí?

- M-mamá, son mentiras, se me ha caído un vaso de agua. -Apuntó al vidrio sobre la cama y la mayor rodó los ojos, riendo luego.

- Hobi, te conozco, soy tu madre, pero ten cuidado con tu hermana, ella sólo tiene cinco años. -Oh, Diablos, aquí vamos otra vez. -Ya te lo he dicho, si buscas a un... A un chico quizás te dejen de pasar estas cosas, piénsalo, ¿sí? Aunque recuerda.

- La protección ante todo, ya lo sé. -Sin más abandonó la habitación y se preguntó seriamente cómo era que su madre le incitaba a tener una pareja sexual o algo por el estilo, ¡era lo más incómodo del planeta! Su madre pareciera hablar calamidades cada vez que tocaban el tema del sexo. Era incómodo, horroroso, no se lo desearía a nadie.

moans | th + hsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora