— Ya veo, iré por la tarde para ver cómo se hacen las gestiones del entierro —dijo Hoseok al teléfono sentado en su cama mientras suspiraba pesadamente. Sus ojos comenzaban a perder el brillo y el pecho le dolía más de lo que pudo ser capaz de creer que sentiría.
Abu había fallecido, para rematar. Todo se estaba yendo de control.
Y no es que Hoseok tuviera una relación tan estrecha con ella, pero el hecho de pensar en que aquella mujer falleció sola, en que acudieron a llamarlo a él porque la familia se fugó... ¿Es que realmente habría gente tan mala en el mundo como para no darle unos días decentes y un lugar lindo a una anciana que estaba en su lecho de muerte? Claramente Hoseok desconocía su juventud y las cosas que ella había cometido, pero no quitaba el hecho de que merecía algo digno. Ella era un ángel, lo sabía, sus consejos y sus pequeños chistes le iluminaban el día, se sentía tan culpable por no poder siquiera acompañarlos en los últimos días...
El castaño (sí, estaba tan deprimido que ni siquiera recordó que debía retocar el tinte rojo) se levantó de su cama, dio una ducha rápida, se vistió con una sudadera gigante y sus jeans preferidos, dejó un beso en la mejilla de su madre, en la de su hermana y finalmente salió de su casa a tomar el bus que le llevaría hacia la clínica en la que trabajaba antes. No pasó mucho hasta que ya se encontraba entrando por el lado de la sala de emergencias, a lo lejos notó a Yerim y a Namjoon (había hablado por mensaje con ellos) discutir como siempre, notó a las chicas que habían hablado mal de él trabajar, a Sunmi con la misma mala cara de hace meses y...
Maldición.
Hoseok no creyó que se quedaría pegado tanto tiempo como para que de repente notara a Taehyung en uno de los pasillos, cruzaron miradas luego de muchos días y se sintió realmente extraño. Kim pareció quedarse perplejo, pero Hoseok atinó a irse corriendo de allí nada más para poder llegar más rápido a la morgue. Le dolió el pecho, el solo hecho de pensar en que su amigo podría estar pasándola mal por su culpa le carcomía el alma, era una sensación sofocante, simplemente no soportaba que una persona demasiado importante para él acabase por tener algún tipo de dolencia. A veces Hoseok quería que todos estuvieran bien, pero no podía lograrlo, lo tenía más que claro.
— De verdad eres un idiota —el aludido parpadeó y sacudió la cabeza, ¿acaso vio a Hoseok pasar o comenzaba a alucinar de extrañarlo tanto....? Como sea, ahora Sunmi estaba parada al frente suyo de brazos cruzados, masticando la goma de mascar que tenía hace horas y hacía pop con sus labios.
— ¿Y eso? —inquirió con curiosidad.
— Tsk, odio decir esto, créeme —habló la mujer—, y de verdad que Hoseok me cae demasiado mal, si fuera por mí me encantaría que amanezca calvo de la nada o le metan los dedos por la nariz —pareció aclarar la fémina con una expresión de desaprobación, pero sus facciones cambiaron de un segundo a otro, como si quisiera comprender la situación—, sin embargo, él la está pasando mal.
— ¿Cómo...?
— Me dijiste que no le has hablado, ¿no? Bien, me enteré por ahí que ayudaba a una anciana y eran amigos —(no es como que Sunmi espiara la vida de Hoseok, claro que no)—, era importante para él, ella falleció hoy en la mañana y probablemente ahora va a la morgue. Al menos ten la decencia de contarle lo que debes y no hacerlo así como así, sin decirle nada.
— ...
— Y además, ¡tú como un maldito idiota no le has hablado! Entiendo que quieras ver esas mierdas del amor propio y tomar distancia, pero al menos se lo hubieras dicho, no sabes cuántas veces él pudo preguntarse por qué no le hablas o por qué desapareciste y lo trasladaste. Una persona ansiosa podría llegar a pensar lo peor, como que lo odias. Solo dile que las cosas están bien y que tomaste una decisión, así como a ti te duele, a él también, Kim, sabes que no lleva una vida difícil y-... ¡Suéltame!
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moans | th + hs
FanficBueno, Kim Taehyung es el jefe de pediatría, alabado y querido por todas las trabajadoras; casanova, mujeriego e idiota. Jung Hoseok es un enfermero muy torpe en práctica que presenta una queja un tanto peculiar tras escuchar gemidos del otro lado d...