Punto de vista de Aries
Lentamente me estaba acostumbrando a este nuevo brazo, Amanda parecía haberlo decorado al momento. Su cuerpo aceptó totalmente la prótesis y ella se dedicó a darle algunas mejoras. Yo por el contrario, todavía tenía dificultades en agarrar objetos.
- Es todo cuestión mental Aries- dijo Meiko entrando a mi cuarto.
El ver su cuerpo con un solo brazo y una sola pierna me hizo sentir culpable.
- De no haber sido por mis imprudencias nada de esto hubiera pasado – me lamentaba.
- De no haber sido por el sacrificio que hiciste, Amanda hubiera muerto- dijo Meiko.
Ella sin duda había madurado mucho, era mucho más sabia y calmada que la última vez. Decidí salir al patio y me encontré con Minerva.
- ¿Qué haces aquí? Está por empezar a llover- dije con una sonrisa radiante para animarla.
- Solo… vine saludar, y a pedir perdón- ella estaba muy triste, no podía soportar el verla así.
- Así que, Aldruce murió. Ese viejo, se suponía que todos huiríamos – tristeza y enojo se mezclaban en mi cabeza haciéndome perder el volumen de mi voz.
Estaba a punto de romper en llanto, pero en ese momento Minerva me abrazó. Ese cálido abrazo se sentía nostálgico, era como si lo hubiera hecho hace mucho antes, era como si fuese Aldruce . Respiré hondo y me relajé.
- Hey Min ¿Cómo estás de tu enfermedad rara? – le pregunté para tratar de evadir el tema de Aldruce.
Nos resguardamos de la lluvia dentro del hospital, su pelo mojado brillaba radiantemente bajo la luz. Ella se sacó la ropa a lo que reaccioné sonrojado y asustado. Para mi sorpresa, ella traía puesta unas vendas rodeando su pecho.
- La gente del hospital me ayudó extirpando la mayoría de flores de mis pulmones, pero como consecuencia estoy muy debil, un golpe certero y podría morir- ella hablaba de su caminata por la cuerda floja con orgullo y alegría.
Era impresionante, ella no era la Minerva asustadiza y débil que conocí hace tres años, ella había madurado tanto física como mentalmente, se había convertido en una líder y había dejado ese egoísmo atrás. Había sufrido una metamorfosis, como si hace unos años fuera una simple oruga, ahora ha renacido con la fuerza de una mariposa.
- La entrenaste bien Aldruce – pensé mientras veía por la ventana como una mariposa resguardándose de la lluvia se posaba sobre su tumba con unas alas azules cristalinas.
ESTÁS LEYENDO
Rebelión de primavera
Jugendliteratursegunda temporada/tomo continuación de Fiebre de las Flores