Adorable Perdición (Disponible en las principales plataformas digitales)

Capítulo 2

MALDITO CHICO ESTRELLA

Kilian:

Suelto lentamente el acelerador y sujeto el timón mientras adoro la sensación de adrenalina que todavía recorre cada parte de mi cuerpo. Sabía que competir contra Liam sería dinero fácil y, al igual que todos, grito eufórico.

Una vez que aparco, me encuentro rodeado de muchas caras conocidas que me felicitan por mi victoria y me demuestran su apoyo al darme palmadas en mi hombro mientras paso por ellos. En cuanto me aproximo a Jordan, me abraza y despeina mi cabello como si yo fuese un niño pequeño, pero por esta noche lo dejaré pasar.

—¿Viste el rostro de Asher? —me pregunta Jordan con una gran sonrisa—. Ellos sabían que esta era nuestra; tenías razón al decir que no valía la pena saltarte las clases para prepararte para esto.

Si hay algo que nunca pongo en riesgo son mis estudios.

Después de disfrutar y de utilizar las carreras como terapia para mi enojo, mis estudios de actuación, en la Universidad de California de Los Ángeles, son lo más importante para mí. No es algo que pongo en riesgo, aunque para los demás, muchas veces, sea lo contrario; pero es porque yo mismo me he encargado de que así sea.

—Te lo dije: esta carrera ya era nuestra desde antes de llevarla a cabo.

Los vítores continúan, sobre todo los que vienen por parte de las chicas.

—¡Eres lo máximo, Kilian! —grita una morena y me da un beso cerca de la comisura de mi boca.

—¡Sabía que tú ganarías! —exclama otra chica muy coqueta.

Es lo que escucho a medida que camino en busca del imbécil de Liam; esta era su revancha, su oportunidad de intentar ganarme y borrar la pateada que le di la última vez, pero nuevamente ha fallado. Él está recostado en su deportivo, y puedo notar en su mirada la furia de mierda que lo invade.

—Buen trabajo, Liam. —Elevo mi voz, lo que hace que todos los presentes se muestren expectantes—, pero te hace falta muchísimo para estar a mi altura. Espero que no hayas tenido esperanzas de ganarme, ¿o sí?

La mandíbula de Liam se tensa, y camina unos pasos cerca de mí, pero nuevamente su amo, Asher, ha entrado en escena.

Mi grupo y el de Asher son los mejores de la zona, aunque jamás me han superado; por lo tanto, es un verdadero espectáculo cuando ambos nos enfrentamos. Hay buenas ganancias, fiestas y chicas por doquier.

—Trabajaremos en esto —murmura Asher entrometiéndose—. Porque, la próxima vez, no te enfrentarás a él, sino a mí, y no te sentirás tan machito.

—La próxima vez no sonreirás de esta manera, Kilian —me advierte Liam.

—Eso ya lo veremos —contesto desafiándolos con mi mirada—. Mientras tanto, ¡hay que disfrutar de nuestra victoria! —grito y todos enardecen.

A pesar de la adrenalina que siento, me alejo de ellos porque le prometí a Jordan que esta noche no habría una pelea.

Algunos de los acompañantes de Asher y ciertos estudiantes de la USC se marchan acelerando sus autos y escapando del lugar a toda prisa; solo quedan los que están dispuestos a ser parte de la celebración que tendremos.

Entre la multitud intento buscar a Ralph para que me dé el dinero que me he ganado, pero algunas chicas me detienen para felicitarme, lo que hace un poco complicada mi tarea.

—Kilian, ¿mañana asistirás a la fiesta de la fraternidad? —me pregunta una rubia ofreciéndome una cerveza.

Tomo la cerveza de su mano y la llevo directo a mi boca, y me dejo deleitar un momento por el sabor amargo pero muy bien helado de la cerveza, obviando el hecho de lo mucho que me encabrona que haya una fiesta en mi fraternidad y que nuevamente los hijos de puta me hayan excluido. Si no fuera porque la renta es mucho más barata en comparación con un apartamento de la ciudad y, más que todo, por mi puro capricho, hace mucho que me habría mudado.