Mis últimos días junto a ti [EreMika - JeanKasa]

CAPÍTULO 2. Recuerdos

Canción #1
"Counter attack Mankind"- Hiroyuki Sawano

No sé por qué, pero esta noche no puedo dormir y se me vienen a la memoria muchos recuerdos.

Por ejemplo, cuando me dijiste que seríamos papás (septiembre, año 856). Estabas asustada porque no sabías cuál sería mi reacción. En ese momento un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y por unos segundos pude ver dentro de tu vientre y ser testigo de que algo vivía ahí. Una alegría inmensa me invadió, me puse de pie y te tomé en brazos y te agradecí por hacer posible esta maravilla.

Mientras transcurrían los meses, me encantaba recostarme a tu lado a la altura de tu abdomen y observar los movimientos de ese pequeño ser que crecía dentro de ti. Seguías siendo la misma mujer ágil, rápida y valiente de siempre, y a veces tenía que frenarte porque no te podías arriesgar más de la cuenta.

Recuerdo cuando ya habían transcurrido casi los 9 meses y el día llegó (mayo, año 857). Tu abdomen había crecido y tus pechos también, tu cintura aún se marcaba bastante. Te veías más hermosa que nunca, tus ojos brillaban y se veían tan transparentes que sentía que podía ver de nuevo dentro de ti. Empezaste quejarte por las contracciones, no era habitual que expresases el dolor, solo en ciertas ocasiones...

Te tomé la mano derecha y no te la solté por horas. Esto era una experiencia nueva, y a pesar de que no fuera yo quien tenía que hacer el trabajo, quería conectarme lo más posible contigo y hacer de ese momento algo inolvidable, ya que probablemente no lo volveríamos a vivir. 

Mientras sostenía tu mano, me hinqué en el suelo por el costado de la cama y te empecé a hablar al oído, a recordarte todas las veces que fuiste una soldado valiente y arriesgada, nadie se igualaba a ti en el escuadrón. Intenté darte fuerzas y que te sintieras protegida.

Si estoy aquí amor, no dejaré que te pase nada malo, pensaba. A ratos también te besaba en la frente, en la nariz, tus labios, tus orejas... Era maravilloso ver cómo te estremecías en medio de esta situación. Estábamos acompañados por el médico y la enfermera que te iban a ayudar en el parto, pero aún así sentíamos como que estuviésemos solos en el mundo en ese momento y el otro fuese la única compañía existente.