Mis últimos días junto a ti [EreMika - JeanKasa]

CAPÍTULO 5. La primera vez que te vi

Canción #1
"Undiscovered" - Laura Welsh

Sigues durmiendo abrazada a mí, te beso la frente otra vez, cojo la frazada y te tapo hasta cubrirte la cabeza casi por completo, por la madrugada comienza a hacer mucho más frío. Con la otra mano le acomodo las mantas de Armin que continúa durmiendo en mi lugar. Es extraño pero hoy no se ha despertado pidiendo su dosis nocturna de leche.

Se me viene otro gran recuerdo a la memoria. El día en que realmente te vi por primera vez, el día en que verdaderamente empecé a conocerte. Suena extraño pensarlo, ya que nos conocemos desde los 9 años y siempre vivimos como que fuésemos hermanos. Pero recién a comienzos del año 855, cuando tenía 20 años comencé a mirarte de otra forma.

Ese día conocí cada parte de ti.

Recuerdo de fines del año 855

Tu pelo azabache, es suave y delgado, y al olerlo me hace sentir como que estuviera en un prado lleno de flores, como los que estaban dentro de las murallas. Llevarlo hasta la nuca te hace ver hermosa. Al acercar mi nariz a tu cabeza te estremeces. Tus orejas son blancas y frías, al hablarte cerca o al rozar mis labios contra ellas, también te estremeces.

Tu cara es perfecta, tu nariz es respingada, tus ojos grises son puros y luminosos, tus labios son delgados y rosados y se ven demasiado apetitosos. Sin embargo, tu cara tiene una cicatriz que cada vez que la veo me da rabia conmigo mismo. Yo soy el culpable de esa maldita marca. Fue el día en que intentamos recuperar la puerta de Trost y me convertí en titán, pero no te reconocí e intenté hacerte daño por no saber controlar mi poder.

Tu cuello es largo y delgado, tus clavículas se marcan mucho, si las beso también te estremeces. El sostén gris oscuro que llevabas puesto te quedaba muy bien, hace contraste con tu piel; lo siento, pero tuve que sacarlo. No recuerdo haber visto algo tan hermoso en mi vida, no pude más que contemplarlas al comienzo, pero luego el instinto me hizo acercarme y besarlas. No solo te estremeciste, también un pequeño quejido que trataste de ocultar salió de tu garganta.

Tu abdomen sin duda en algo que mantienes muy bien, cualquiera envidiaría lo marcado que lo tienes, es el resultado del entrenamiento diario, era casi uno de los requisitos para poder mantenerse estable al usar los maniobradores tridimensionales.

¡Oh vamos... no sabía como continuar! elevé mis ojos hacia tu rostro y busqué en tu mirada una respuesta, te sonrojaste y continuaste mirándome. Entonces procedí a bajar la prenda sin dejar de mirarte, y comencé a deslizar mi nariz por tu entrepierna y por el interior de los muslos para luego darle el pase a mis labios y mi lengua. Mientras hacía una prueba, te afirmaste de mis hombros y te estremeciste, nuevamente te quejaste. Así que lo hice otra vez, pero luego seguí bajando por el interior de tus largas y firmes piernas hasta llegar a tus pies.