—¿No tienes algo mejor que hacer?
Pero aún así, el pulso en su cabeza no desapareció.
—Tord.
—¿Ah?—respondió prácticamente de inconsciencia, solamente como reflejo.
De todas formas seguía el golpeteo, como gotas y gotas cayendo tras de sí.
O eso, hasta que un golpe en la nuca bastante poco amigable le devolvió los cables a tierra, sacándole de paso el poco aire que pasaba por su garganta en aquél momento.
—¡Te estaba hablando!
El pulso se detuvo.
¿Fue solo un lápiz todo este tiempo?
—¿Y qué?—la indiferencia se detonó sola, y la pesadez en los párpados del noruego afirmaba aún más aquello.
—Llevas un par de días igual de distraído, ¿Te vas a explicar o te saco la verdad a la fuerza?—alzó otra vez su mano, como si fuese a golpearlo otra vez, a lo que el menor solo respondió con una especie de ceño fruncido bastante leve, lo que exponía más un sentimiento de extrañeza.
—Es porque no duermo bien, deja de buscar tu solo misterios donde no hay —vaciló, sin despegar su vista ahora del lápiz con el que antes daba golpecitos a la mesa, para luego dejar al descubierto una sonrisa que se volvió juguetona, y quizá algo infantil para la situación (y él en sí)— que tus series hayan dejado de tener trama interesante no te da el derecho a buscar una así en mi vida.
—¡Tord..!
—Paul.
Un suspiro cansado salió de la boca del mayor, su cuerpo se levantó y aprovechó de estirar su espalda. Dió una última mirada cargada de un no-se-qué —o eso según Tord— y luego aclaró su garganta.
—Háblame cuando dejes de traer la cabeza en las nubes, que te conozco. Algo te trae pensando mucho, y créeme que se te nota, porque no es algo que hagas seguido —bromeó, logrando que una risa saliese de su compañero, sintiéndose más satisfecho con ello ahora— y espero se te pase pronto, tus obligaciones no esperan por sobre tu ánimo, chiquitín.
Aquél último apodo con un tono burlesco y desordenarle el cabello con la mano fue lo último que dejó para luego desaparecer de allí, caminando, haciéndose cada vez más pequeño a la vista.
La verdad, si había algo que lo tenía sumergido en su propia mente, el problema, era que no era un algo, eran unas cuantas cosas, y no sabía qué era de todo eso lo que realmente lo tenía pegado como tonto al piso.
—Hijo de puta —murmuró al arreglarse el cabello, aunque le fue imposible dejar de sonreír de forma tenue. Se levantó y tomó sus cosas, después de todo, ya podía irse hace unos minutos, solo estaba ahí por estar. Con un gesto de cabeza despidió a sus compañeros y compañeras, dejando un aura amigable y luego desapareció por el pasillo, teniendo una pequeña disputa en su mente sobre qué escuchar camino a casa.
[...]
Las hojas se sentían suaves bajo su piel, específicamente bajo sus dedos, y producían cosquillas en su brazo, más las que chocaban contra él gracias al viento de otoño. Hacía frío, podía sentir como el calor del verano abandonaba cada día más a la brisa de la tarde. Aquello le dejaba una sensación de melancolía sin saber realmente el porqué.
Últimamente podía sentir sus sentimientos a flor de piel, por más que no fuese una persona realmente afectiva o demostrativa.
Se consideraba alguien más de palabras.
Bueno, no literalmente.
Dejó ir el aire acumulado en su pecho, y luego se giró hacia la entrada del patio trasero. Era grande y bonito, apesar de la estación, aunque por el momento del año, oscurecía más temprano y no era realmente grato salir como en verano.
Entró decidido en ir al sofá y ver alguna serie un rato, no tenía nada que tuviese que estudiar y aunque tuviese, no quería hacerlo.
Iba centrado en su próximo panorama, hasta que la puerta cerrándose frente suyo le tomó por sorpresa, haciéndolo saltar en su lugar.
Era Tord, bueno, eso lo hizo sorprenderse aún más, había olvidado un momento la presencia del mayor.
Pudo sentir la mirada pesada del mismo sobre sí, sin saber realmente como tomarla, y supuso que él estaría igual con la suya, después de todo, estaban como tontos parados en plena entrada simplemente mirándose.
La verdad, era que hace unos días el ambiente en casa era extraño, podían sentir la tensión entre los cuatro, por más que el “problema” no fuese entre los mismos realmente, sino más bien, entre un par específico que no se dignaba a arreglar sus problemas bajo ninguna circunstancia.
“Son capaces de hacerse los indiferentes entre ambos cuanto sea necesario, el orgullo les pesa más que la culpa” fue lo que supo de parte de Tom el día anterior, luego de juntarse en su propia habitación un rato, tratando de encontrar intereses y pasar el rato. Y, es que le había quedado claro que había algo extraño luego de la última conversación con Edd, claro que sí.
Salió de su pequeño trance y sonrió al noruego, saludándole de forma sutil, recibiendo el mismo gesto del contrario, y luego lo sintió pasar a su lado, en dirección a las escaleras.
El ambiente terminará por ahogarnos a todos si siguen pasando como si nada.
hola bebesitos/as 😔💕
dije que pensaba seguirla y aquí estoy, aunque no tenía muchas ganas de escribirlo ya que estoy bajo mucho estrés últimamente yyyy no he querido ni siquiera leer algún fanfic🥺, no traigo ánimos pero aquí me tienen como su esclava otra vez ㅠㅠ
¿como han pasado la cuarentena? ¿están sanitos? espero que sí 🥺💕
espero no les moleste mi narración actual, es distinta a la de hace años, lo sientoOo:(
eso aaa, cuídense mucho por favor, solcitos💕