Por sobre todas las cosas amo tu alma. A través del velo de tu carne la veo brillar en la obscuridad: me envuelve, me transforma, me satura, me hechiza.
{VI, Alfonsina Storni}
~♡~
Era un domingo por la mañana. El sol se colaba tímido entre las pequeñas rendijas de la persiana y el clima cálido de inicios de primavera era perfecto, al igual que las flores rojas sobre la mesa de noche, amapolas, que inundaban el cuarto con aquel perfume embriagador, supuestamente de efecto somnífero. Tal vez por eso había dormido tan bien esa noche, o tal vez había sido porque había compartido la cama con los dos chicos que aún dormían a su lado, abrazados entre sí y con los pies enredados con los suyos. Era una de esas mañanas en las que todo se sentía bien, en armonia.
Jimin sonrió aunque nadie pudiera verlo, los recuerdos de la noche anterior frescos en su memoria. Estaba seguro de que nunca olvidaría como lo habían rodeado dos pares de brazos, cómo los tres habían recibido y entregado todo el amor que se habían estado guardando por todo ese tiempo. Su piel todavía ardía en cada parte que había sido acariciada, sus labios todavía tenían el sabor de los rincones a los que los había llevado y en su interior todavía sentía el calor que lo había llenado tan solo unas horas antes. ¿Cómo había aguantado tanto tiempo sin eso, sin ellos?
En la oscuridad de la habitación entraba apenas un tenue halo de luz dorada que creaba un pequeño camino de puntos de sol sobre la espalda de Taehyung y en el rostro de Yoongi, otorgándoles a ambos un aura de ensueño y haciendo que la habitación entera pareciera parte de un cuadro de esos que Taehyung solía mostrarle. Jimin se permitió quedarse un poco más así, observándolos a los dos sin terminar de creer su suerte, hasta que Yoongi abrió los ojos.
—Jiminie.
Jimin salió de su mundo de ensoñación al escuchar la voz rasposa de Yoongi, que lo miraba con el ceño fruncido y los ojos apenas abiertos, aún medio dormido. No pudo evitar sonreír cuando sus miradas se encontraron, gesto que el mayor imitó.
—Hey.
—Es raro que seas el primero en despertarte —dijo Yoongi, acariciándole el rostro con una mano—. ¿Quieres que me levante a prepararte algo de desayunar?
—Si te mueves voy a ponerme a llorar —bufó Taehyung, la voz ahogada contra la espalda del mayor.
—Está bien, está bien —aceptó Yoongi, risueño, acomodándose hasta quedar recostado boca arriba. Taehyung y Jimin se acomodaron también para quedar cada uno sobre su pecho, rodeados por los brazos del mayor—. No me iré a ninguna parte.
—Esto es perfecto —murmuró Taehyung, más dormido que despierto, llevando una mano a la cintura de Jimin—. Así tendría que ser siempre.
—Lo será —aseguró Jimin, convencido.
Jimin no terminaba de entender cuál era el hechizo bajo el que se encontraba ni en qué momento había caído envuelto en él. Aún así, estaba seguro de que nunca iba a intentar romperlo porque, tal como Taehyung había dicho, sabía por sobre todas las cosas que su alma y la de ellos dos estaban unidas, viajando juntas en un espiral. Y así sería siempre, en esta y en todas sus vidas.
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Bye, Stranger (nj)
FanfictionA Namjoon le llega un mensaje de un número desconocido. 🌼Namjoon x ? 🌼Formato de chat + redes sociales