3. PROMESA

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— ¡Johan! Por fin te he encontrado. Llevo más de una hora esperando.

— ¿Quién eres? -sabia que no me reconoceria.-

— Aroah, soy Aroah. ¿Cómo es posible que no te acuerdes de mi? Prometimos ser amigos para siempre ¿no lo recuerdas? -no quería llorar, así que con rostro triste agarré sus orejas con mucha delicadeza, me acerqué, rocé mi nariz contra la suya y le miré fijamente a los ojos.- Por favor, tienes que acordarte de mi.

— Solo tenias 8 años ¿realmente creíste que yo mantendria una promesa de niños tan absurda 10 años después? -se acuerda de mí, eso es más que suficiente- Lo siento pero me tengo que ir.

— Una reverencia, como aquel día. Te acuerdas de mi, y seguramente estas enfadado conmigo, porque vuelvo 10 años después con la intención de que cumplas una promesa que ni yo misma pude cumplir. Pero no creas que yo no he pensado en ti, mira. -cogí mi bloc y le enseñé mis ultimos dibujos, él, él por todas partes, todo este tiempo he pensado en él sin parar. ¿Vuelve a llorar?- No quiero que pienses mal de mi. He cumplido una promesa que te hice, que mantendria mi corazón puro para siempre, para así poder verte.

— ¿Y porque no viniste? Durante estos 10 años he estado viniendo cada día al prado para ver si te encontraba. Llegué a pensar que era un monstruo. Me creí un ser que no era digno de ti.

— ¡No, no! ¡Soy yo la que no es digna de alguien tan valioso como tu! Y te pido perdón porque te oculté la verdad. Si no volví a venir durante estos diez años es por varias razones, que si me dejas te las explicaré.

— ¡No! No quiero ninguna excusa. Si no ibas a volver, no haber hecho una promesa tan absurda.

**★**

Sentia tanta rabia y tanto dolor que mis alas comenzaron a moverse demasiado. Muy rápido y bruscamente. No quiero hacerte daño Aroah. Lo siento. Sin decir nada más, sin despedirme siquiera, me marché volando y sin darme cuenta empecé a caer en picado. Intenté mantener las alas aleteando en el mismo sentido, pero sentia como iban desapareciendo y todavía no llegaba a tierra. Sentí un fuerte golpe y luego, nada más.

**★**

— ¡Johan! ¡No te vayas por favor vuele! -no me oye o se hace el sordo, me da igual, no puedo volver a perder al ser más hermoso de la tierra.

— Johan por favor, no desaparezcas tu ahora. -Dije mirando como se iba hacia el cielo volando y de repente...

— ¡CAES! ¡Johan! ¡Estas cayendote! ¡VUELA! -Grité- ¡¡Por favor, vuela!! -Grité ya muy asutada.

Me sonrprendí cuando vi que el cuerpo del caballo más hermoso que habia visto en toda mi vida poco a poco se iba transformando en humano, un chico. Todavía con alas él seguia cayendo, yo sin dejar de correr, sorprendida y asustada a la vez, iba en busca de Johan. Corrí en su busca sin saber donde había caído exactamente.

Todavía lejos vi a un chico totalmente desnudo en la orilla del rio.

— ¡JOHAN! -Grité tan fuerte que sentia que mi propia voz desgarraba mi garganta.- ¡JOHAN! -grité de nuevo. Ya a su lado , todavía sorprendida y asustada me derrumbé al ver que sangraba. Estaba muy mal herido. No se movía. No sabía que hacer. Le acaricié el pelo y sin poder parar de llorar y de gritar su nombre, empapaba su hermoso y herido rostro con mis lagrimas, cuando de repente vi como todo su rostro comenzaba a iluminarse, desprendiendo una luz brrillante, tan brillante que me cegaba. Y así sin más, ya no tenía ningúna herida. Pero seguía sin despertar, el golpe tiene que haber sido muy fuerte.

Yo llevaba puesto un jersey tan largo que me llegaba hasta las rodillas. Se lo puse encima y como pude lo puse en pie. Mis padres dijeron que irian a comer a casa de mis tios que viven en el pueblo de al lado. Seguramente que todavía no habran llegado, yo dije que me apetecía dibujar y que iria más tarde o mañana en bus. Lo llevaré a casa porque ¿dónde más puedo llevarlo?

EL POTRILLO GRISDonde viven las historias. Descúbrelo ahora