CAPÍTULO 2

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  Mi nueva casa era hermosísima es de dos plantas; en la plata de abajo hay una sala de estar, la cocina, un comedor (donde hay una mesa de 12 sillas) y varias puertas las cuales eran: baños, habitaciones de los empleados, el cuarto de aseo, cuart...

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  Mi nueva casa era hermosísima es de dos plantas; en la plata de abajo hay una sala de estar, la cocina, un comedor (donde hay una mesa de 12 sillas) y varias puertas las cuales eran: baños, habitaciones de los empleados, el cuarto de aseo, cuarto de juego y un despacho. En la planta de arriba hay un pasillo con cuatro puertas de cada lado y al fondo una puerta que llevaba a una pieza la cual no conocía todavía.

Mi habitación era grande; hay una cama matrimonial, varios muebles, una grande y hermosa ventana, un baño súper elegante donde había una bañera, un lavado un enorme espejo, un armario súper grande donde había, trajes, ropa deportiva, casual o sea de todo y ver que todo es de mi talla me sigue sacando de onda.

Al cabo de una o más de recorrida Brian me presenta a George (el chofer) Sofía y Amalia (las chicas del servicio) y la Señora Merlyn que es como la nana.

—Brian hijo preparé un pastel — dice Merlyn.

—Ay ¿en serio? — digo con una amable sonrisa.

—Si mi niña me entere que es tu cumpleaños.

—Así es — confirme.

Pasamos la tarde charlando y riendo, la verdad me siento tan bien, es tan acogedor este lugar. Brian, él se ha portado tan bien, pero aun asi no he pasado por alto sus miradas lujuriosas y me sigo preguntando muchísimas cosas.

Como por ejemplo ¿Por qué él dice que soy suya desde los quince?

¿Qué tan grande era la empresa? y ¿Por qué un joven tiene tanto dinero?

La noche llego rápido, subí a ducharme y me puse un pijama roja conformada por una short a la mitad de mis muslos y una blusa suelta y sin sujetador. Salgo a la habitación y Brian está acostado con solo un bóxer, quede paralizada a su perfecto cuerpo, ese abdomen tan definido al igual que sus piernas, brazos y pecho, mi curiosa vista llega a ese lugar en específico, está duro, una olita de calor recorre mis venitas. Su vista se encuentra con la mía y siento mis mejillas calentarse.

—Quítate la ropa — ¿ordenó? Sí, me ordeno.

—Pero ¿para qué?

—¿Cómo que para qué? Hoy nos casamos ¿cierto? — Asentí — bueno tendremos nuestra noche de boda.

¿Noche de boda? ¡¿Es en serio?!

—Pero yo no quiero estar contigo, dame tiempo ¿sí? — intento negociar.

—Yo no te estoy preguntando ¿o sí? — Ok ahora si me asuste. Se levanta de la cama y viene hacia a mí, levanto la vista a su rostro.

—Pe-pero... — tartamudeo sin quitarle la vista.

—¡QUE TE QUITES LA MALDITA ROPA TE DIGO! — mi corazón amenaza con salir pero del susto, yo no quería. Me empecé a quitar la ropa temblando, mi vista fija en él y pendiente a cualquier movimiento.

Ya desnuda, recorrió todo mi cuerpo con su mirada, una mezcla de vergüenza y temor se apoderó de mí.

—Ponte en cuatro — ok que directo, pero mis piernas no responde, estoy helada, paralizada y asustada. —¡Te estoy hablando joder Daniela muévete! — camine hacia la cama y obedecí me puse como el me ordenó, él coloca sus manos en mis caderas y de un solo golpe me penetro analmente, solté un fuerte grito y lágrimas abandonaron mi cuerpo, el sigue ahí sin contemplación, como si yo no sintiera dolor, como si no viera como me retuerzo con cada maldita embestida. Al terminar se va hacía el baño y escucho la ducha, me duele mucho, muchísimo, me levanto temblando, llorando y adolorida, me visto y trato de sentarme en un mueble pero me duele mucho así que pongo todo mi peso sobre una pierna, mientras lágrimas y lágrimas ruedan por mi rostro.

No, mi cerebro aún no procesa el hecho de que Brian me acaba de violar, de que mi papá me vendió a un maldito monstruo y me asusta que no sé cuál será su próximo paso, su próxima acción.

Necesito buscar ayuda

¿Quién era Brian realmente?

...

Han pasado días de lo sucedido. Brian está distante conmigo y no saben cuánto lo agradezco, estos días para mi han sido horribles siento que por la manera tan brusca, me desgarro, las muchachas del servicio me han ayudado y que vergonzoso y doloroso ha sido. No tengo celular, ni teléfono fijo, ni siquiera un walkie talkie para comunicarme, no me dejan salir más allá del camino empedrado y ya me siento asfixiada.

Merlyn hoy me dejo encargada de la cena ya que tenía un asunto familiar, pues pedí una pizza y así intento olvidar esta vida de porquería, mientras cómo y veo la tv

Brian llegó y se sentó en el comedor, yo hice lo mismo, su celular comenzó a sonar y se sumergió en él como si no existiera nadie más, Sofía sirvió la pizza, él ni cuenta se dio, yo le di una sonrisa a Sofía me caía bien ella. Cuando la mirada de Brian vuelve a la mesa —justo cuando me iba a levantar para dirigirme a la sala y cumplir mi plan post vida de mierda— y ve lo que hay en el plato, se puso rojo como un tomate, estaba molesto, me miro y sus ojos detonaban fuego, inmediatamente me asuste.

—¡¿Qué es esto?!

—Pizza — digo con tanta obviedad. Él tira el plato al suelo, el sonido me hizo brincar, empecé a temblar, él se levanta y viene hacía mí.

—Odio la pizza — su pecho subía y bajaba de manera irregular de lo molesto que estaba.

—Yo... yo no-no...

—¡CÁLLATE! — me interrumpe, ahora me asuste más.

—Yo no sabía — fue lo único que pude soltar. Pero pareció enfurecerlo más.

 

Casada con el hombre equivocado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora