Han pasado dos días de lo que paso con Brian, él estaba ignorándome literal, y lo agradezco.
—Mi niña — Merly me sorprende.
—¿Si?
—¿Por qué entraste ahí?
—Solo me causo curiosidad ¿de quién es esa habitación? — Merlyn se pone un poco nerviosa.
—De nadie mi niña — da media vuelta y sale de la habitación.
Me levanto de mi cama y camino hacía el balcón.
Es increíble a lo que llego "mi padre" casarme con un loco psicópata, abusador y bipolar por una empresa. ¡Por una puta empresa!
Nunca pensé llegar a estar así: golpeada, triste, sola, viviendo con un hombre que con una mínima palabra me golpea.
¿Por qué no Camila no me ha dicho nada?
Solo me envió una carta en la cual me dijo que no podía ayudarme, que tuvo que salir del país etc.
¿Por qué no me he atrevido a contarle a alguien más, en buscar ayuda?
¿Por miedo?
Desgraciadamente sí, me levanto con miedo todas las mañanas ¿Por qué? Porque sería su palabra contra la mía ¿pruebas? Tengo suficientes, pero Brian es una persona con mucho dinero e influencias no querrá formar un escándalo y con unos cuantos dólares podrá arreglar todo a su antojo y ¿al volver a la casa que me espera? Otra golpiza, y no, no quiero que me golpee más, o que me toque sin mi consentimiento así que lo único que me queda es aceptar que estoy casada con un monstruo, con una persona que por fuera es súper linda y que a simple vista sería el hombre perfecto, pero por dentro, por dentro es un ser sin sentimientos que es capaz de golpear a una mujer sabiendo que él vino de una y que en un futuro podrá tener hijas que no le gustara que sufran lo mismo que yo. Eso le da honor al dicho: "las apariencias engañan" o el de "caras vemos, corazones no sabemos" desgraciadamente este es mi mundo y tengo que aceptarlo por tan doloroso que sea.
El día transcurre rápido y normal. Me duche y me coloque mi pijama negra lo cual está compuesta por un short por la mitad de mis muslos y una blusa. Baje y ya Brian estaba sentado en el comedor, su corbata un poco suelta a los lados de su cuello y los primeros botones de su camisa suelto.
Brian alza la mirada y se da cuenta de mi existencia, me siento frente a él.
—Daniela — me dice con su voz suave.
—¿Si? — digo fría.
—¿Podemos hablar después de la cena?
—No — lo miro directo a sus hermosos ojos verdes, al verlos parece que me perdiera en un oscuro y tentador bosque.
—Solo serán cinco minutos — insiste.
—En cinco minutos puedes matarme.
—No haré nada lo prometo.
—Ya no confió en tus promesas Brian.
—Daniela — suelta un suspiro — quiero hablar.
—Pues ya estamos hablando.
—Está bien — se levanta y viene hacia mí. Enseguida mi mente viaja a la primera vez que Brian me golpeo y me asusto un poco. Se colocó en cuclillas a un lado de mi silla — mírame — obedezco — sé que he sido un idiota, pero odio que... entren ahí.
—¿Por qué? — la pregunta sale de mi boca sin pensarlo.
—Porque esa habitación es sagrada para mí. Ya es todo lo que debes saber — se levanta.
—Ok.
—Entonces Daniela ¿quieres formar una familia conmigo?
—Quiero hechos no palabras Brian.
—¿Tú también pondrás de tu parte?
—Así es si me juras algo — se tensa.
—Dime.
—Júrame Brian Louis, júrame que no volverás a golpearme, júramelo o no hay trato.
—Está bien cariño.
—Ahora a comer. — sigo con mi postura fría, no debo demostrarle miedo.
Cenamos y voy a la habitacion-carcel y me acuesto.
Brian entra y va directo al baño. Todavía no creo en sus palabras, confié una vez en él y quede peor, ahora necesito hechos no palabras. Las palabras se la lleva el viento.
Un mes después...
Ha pasado un mes, Brian no me ha gritado, ni mucho menos me ha pegado de verdad está cumpliendo su palabra.
Ha sido tan lindo conmigo, me llevo a su empresa, fuimos al parque, también fuimos al club y frente a todos sus amigos se disculpó conmigo.
Desde que me case ha sido el mejor mes, hoy le daré una sorpresa a Brian. Faltan aproximadamente quince minutos para que llegue.
Termino de peinar mi cabello y lo recojo en una coleta alta, llevo puesto un vestido rojo pasión un poco arriba de mis rodillas amoldado a mi figura. Bajo y me dirijo a la cocina.
—Merlyn ¿está todo listo?
—Si mi niña — coloca sus manos en mis hombros — le encantara — Sofía y Amalia aparecen.
—Muy bien ya saben lo que harán — las tres asienten, les doy una sonrisa y me dirijo al comedor.
Todo está listo y perfecto, velas, un pequeño florero con rosas blancas y rojas en el centro de la mesa.
Me siento a un extremo de la mesa a esperar a Bryan.
Segundos después escucho la puerta principal abrirse, mi corazón se acelera.
Brian aparece en el comedor, una sonrisa se forma en sus labios, sus hermosos ojos se posan en mí, le sonrió y le hago una seña con la mano para que se siente, él obedece.
Minutos después entran Sofía y Amalia con la comida, detrás viene Merlyn con el vino le sirven a él y a mi igual. Ellas se retiran, Brian se suelta un poco el nudo de la corbata, me da una última mirada acompañada de una ancha sonrisa y vuelve su vista al plato.
Después de la cena, Sofía, Amalia y Merlyn recogieron todo y les dije que se podían retirar. Muy bien Daniela llego la hora.
—¿A que se debe todo esto? — habla Brian rompiendo el silencio mirándome directo a los ojos.
—Te tengo una sorpresa — me levanto, en medio de la mesa hay una pequeña caja blanca — toma ábrela — Brian la abre y encuentra una ecografía, él la observa y su vista vuelve a mí.
—Daniela — su voz es casi un susurro — ¿es lo que creo que es? — le sonrió y asiento, él se levanta y me abraza súper fuerte se separa un poco y me besa, un beso suave pero muy alegre se separa sus labios forman una linda sonrisa y dos lágrimas bajan por sus mejillas.
—¡Seremos papas! — digo y lo vuelvo abrazar.
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Casada con el hombre equivocado.
Historia CortaDaniela Vega, dieciocho años, una vida perfecta, vive con su padre y su nana, su madre falleció cuando ella apenas era una niña. Brian Louis, veinticuatro años, desde que tiene uso de razón su vida estuvo resuelta, pero, a los diecisiete años le toc...