you can set yourself on fire

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Se dice que todo en este Universo emite su propia energía. Se dice que esas energías tienen forma de onda, ocupando todo el espacio disponible. Se dice que los humanos son capaces de ver esas ondas, pero los ojos humanos no son capaces de traducir esas ondas al cerebro, dejando que nuestros otros sentidos las capten en su lugar.

Es por eso que los escalofríos existen. Por eso nos sentimos triste cuando llueve. Por eso nuestra intuición nos dice cosas, y por eso nos da temor.

Se dice que los humanos son capaces de sentir las energías, pero algunas personas están hechas para que no les importe una mierda.

Doyoung sabía que algo estaba mal en el momento que puso un pie dentro de su apartamento. Doyoung sabía que seguramente tenía que revisar de dónde provenía el sonido del agua, o porqué habían prendas de ropa al azar en el suelo, o cómo los marcos que había colocado cuidadosamente estaban en su mayoría inclinados, y algunos estaban hechos pedazos.

Pero Doyoung acababa de terminar un importante proyecto hoy, apenas sobreviviendo a su presentación, apenas consiguiendo no golpear a la quejumbrosa clienta que no podía distinguir el cian del turquesa, y lo tuvo repitiendo la  misma explicación por una hora seguida. 

Sintiéndose con el derecho de recompensarse por sobrevivir al menos la mitad de ese día de mierda, se dirigió a la cocina en su lugar, donde tomó una bebida desconocida directo de la jarra (pensó que era algún tipo de jugo de mezcla saludable pero el dulzor que se pegó a su garganta grita cualquier cosa menos saludable). Insatisfecho por el sabor de la extraña bebida, buscó entre el alijo para encontrar un paquete de ositos de goma, sin duda no suyo. Doyoung pensó que no debería comer cosas dulces pero las comió, para rebelarse.

La idea de rebelarse le recordó a su compañero de cuarto, y el pensamiento de su compañero de cuarto le recordó al desastre que acababa de ver. Gimió internamente con el pensamiento de un Taeyong molesto, antes de volver a gemir cuando imaginó que su compañero de cuarto le iba a a dar una reprimenda por robar dulces.

Haciendo una nota mental de comprarle a Taeyong una bolsa de ositos de goma más tarde, Doyoung se desplazó a la sala de estar, observando el desorden antes de decidir limpiar un poco. Tomó de su dulce tiempo para recoger las piezas rotas de vidrio, poniéndolas todas en una bolsa plástica. Luego recogió la ropa antes de lanzarlas todas en el cesto, sin importarle mucho si acababa olvidando dividir los blancos y los colores como debía hacer.

La sala de estar ahora estaba más presentable, y lo último que Doyoung podía hacer era enderezar los cuadros en la pared, pero dejó ese plan de lado cuando sus oídos captaron el débil sonido del agua goteando de nuevo. Doyoung miró alrededor, averiguando de dónde venían las gotas de agua. Lentamente se dirigió al pasillo del dormitorio, y finalmente se detuvo en frente de la puerta del baño, que había quedado ligeramente abierta para que se asomara al interior.

Automáticamente frunció el ceño cuando vio la imagen dentro. Deseó haberse quedado en la oficina en vez de volver a casa de inmediato a esta pocilga. Debió haber dormido en el armario que nadie se preocupaba de limpiar en lugar de volver para encontrar este caos. Si lo hubiera hecho, seguramente el casero habría notado que había algo mal y habría ido al apartamento a comprobar antes de llegar a casa por la mañana, ahorrándole un montón de trabajo y explicándole que ahora era responsable de hacerlo.

El baño era un desastre. Habían cosas esparcidas por todo el lugar, las botellas de shampoo y jabón estaban aplastadas en las esquinas, pastillas y hojas de afeitar acumuladas en el fondo del lavabo. Más importante, el suelo se inundó por el agua que rebalsaba de la bañera, que estaba llena hasta el borde, y la llave seguía abierta, salpicando más agua a la habitación ya empapada.

sweet butter knife ,, dotaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora