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Practicamos aproximadamente una hora, por desgracia no lo conseguí transformarme, sin embargo, no estaba triste puesto que tan solo un cuarto de la clase lo consiguió, además creo que me hice amiga de Ikki. Regresé a casa junto a mis hermanos, más motivada que nunca.

***

Me levanté nuevamente para ir a la escuela, realizando la misma rutina que ayer. Fui con mis hermanos y por el camino me encontré a Laura, mi primera amiga. Laura y yo continuamos caminando rápidamente, dejando atrás a mis hermanos.

Al llegar a la escuela nos dirigimos a nuestra clase. Nuevamente el profesor nos dijo que continuáramos practicando nuestra energía salvaje. Aquellos que ya lo habían conseguido tenían que ayudar al nuestro. Laura, quien aún no lo había conseguido quiso practicar conmigo, junto a ella se acercó Ikki amistosamente.

Estuvimos aproximadamente 3 horas sin parar. En ese tiempo, Laura ya lo había conseguido por lo que siguió apoyándome. Más de la mitad de la clase lo consiguió, pero no por ello estaba intranquila, después de todo el profesor había mencionado que el proceso duraría una semana, ¡aún me quedaban 4 días!

***

Regresé a clase, esta vez aquellos que habían conseguido manejar su energía salvaje tenían que hacer pequeños duelos para mantenerse el mayor tiempo posible estables. El resto, quienes eramos tan solo cinco personas, teníamos que seguir practicando sin parar. Intenté acercarme a alguno de ellos para hacer nuevas amistades pero estaban muy concentrados en su entrenamiento por lo que yo también continué. ¡Quiero ser fuerte, tengo que esforzarme!

Cada cierto tiempo veía a mis compañeros haciendo duelos, ellos se veían tan alegres... De vez en cuando Laura me sonreía alegremente y alzaba el pulgar insinuando que me apoyaba, eso hacía mi entrenamiento más ameno, puesto que me llenaba de valor y continuaba esforzándome.

***

Había pasado una semana y media ya, todos mis compañeros habían logrado superar la prueba... excepto yo. Llegué a clase, algo desanimada por no poder entrenar con mis compañeros, sentía que me quedaba atrás.


-¿Estás bien? No entiendo por qué aún no has conseguido algo tan simple...- Dijo el profesor acercándose a mí, con un tono decepcionado.


-Lo lamento... No entiendo por qué no puedo, siento algo pero no sale nada...- Respondo desmotivada.


-Llamaré a tu madre próximamente para informarle, tienes algo mal, esto no es común.- Concluyó fríamente marchándose con el resto de alumnos.


Continué entrenando arduamente, pero cada vez me sentía más incomoda. Miré a mi alrededor, algunos de mis compañeros me miraban mal, me señalaban, susurraban. Por suerte cada vez que miraba a Ikki y a Laura ellos me sonreían, esto causaba una gran sonrisa devuelta por mi parte, haciéndome olvidar a mis otros compañeros por completo. 


Acabó el horario escolar, cuando iba a salir por la puerta una chica me empujó levemente y el grupo que estaba con ella se rieron levemente, pero no le presté atención, supuse que fue un accidente y fui a la salida donde estaban mis hermanos para volver a casa.


***


-Mamá... ¿Por qué no puedo controlar mi energía salvaje? - Le pregunté a mi madre algo dudosa.

La Fiera IndomableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora