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Abrir los ojos y saber que aun no he muerto es un martirio. Mi vida es un martirio. Se que el infierno existe, porque vivo en el. 

Estoy en la escuela, el infierno un poco mas tolerable que mi casa. Todos preguntan por un tal Ryan, y creanme, para que alguien me dirija la palabra para preguntar o decir algo es porque de verdad se esta acabando el mundo. 

-¿que le paso a Ryan?- me pregunta una chica llorando.

-¿Ryan? ¿Acaso crees que siquiera se quien es Ryan?

-Si, si lo sabes, el te siguio a tu casa ayer.

-No, nadie me siguio ayer- espondo y la chica se va a un llorando, menos mal, porque no se que hubiera hecho si me seguia preguntando sobre su difunto amigo.

Todo el mundo esta muy triste y cortante hoy. Creo que me esta agradando este dia.

Al final de el dia, Gina se acerca a mi.

-¿que paso con Ryan?- pregunta, total tranquilidad.

-Que parte de "no se" no entiende absolutamente nadie.

-Se que si sabes, eres igual que tu padre, una mentirosa e inutil.

Al escuchar las palabras "tu padre" se enciende algo en mi cerebro y me lanzo sobre Gina. Comienzo a golpearte el rostro lo mas duro que puedo, Gina solo grita y trata de safarse de entre mis garras. Finalmete el novio de Gina me agarra del brazo y jala duro hasta que quedo bien apartada de Gina, ahora ella esta llorando y tocando su cabello. Todo el mundo queda en silencio. Me levanto del piso, me coloco la mochila en el hombro y me voy devuelta al infierno mayor.

Gritos silenciosos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora