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El agua de la regadera cae por su rostro, sonríe mientras tiene a Rey de espaldas a él. Besa su cuello, la sujeta con un brazo por el torso y acaricia con la mano libre la entrepierna de ella, por cada caricia la hace temblar. La voltea para que quede frente a él y la besa acariciando su cuerpo con el suyo, causando que Rey sienta miles de cosquillas, sonríe nerviosa tratando de no sentir... es imposible.

Salen de la ducha envueltos en una toalla enorme. Rey acaricia el torso de él; - lo tenía planeado señor Driver... - dice, él ladea un poco la cabeza... - no lo sé... tal vez -susurra antes de comenzar a besarla.

La toalla cae y él la acomoda sobre la cama. La pone de espaldas a él y toma una pequeña botella de su mesa de noche. Se embadurna las manos con ese aceite que tiene un aroma delicioso y comienza con un masaje, Rey no puede más que sentir; los espasmos en ella van creciendo al igual que sus quejas.

La gira nuevamente y de la misma manera, desciende con sus manos aceitadas por su cuello, senos, estómago, vientre, muslos, piernas hasta la punta de sus pies. Siempre atento a ella, a sus reacciones, sus dedos acarician y dibujan el cuerpo de la castaña.

Ella disfruta cada caricia y cierra los ojos tratando de contenerse, su piel se siente deliciosa y caliente, se quema.

Él la toma de una mano y la incorpora, coloca aquella botella en sus manos y se recuesta de espaldas a Rey, es una invitación clara, ella disfruta con la vista de cada milímetro de ese cuerpo tan trabajado, de sus músculos, le produce placer, de la misma manera vierte ese aceite en sus manos y acaricia los hombros, esa espalda y se sonroja al acariciar sus glúteos, traga muy fuerte, mientras se excita con sus suaves quejas y respiraciones, ella también quiere darle placer... quiere que él sienta lo que ella, desciende por sus muslos y piernas, mojando con más aceite, se relame y muerde su labio inferior. Adam voltea, deseando que siga, ella observa su torso y sus ojos bajan, con manos temblorosas por la mirada que la observa procede a embadurnar ese aceite, cuando llega a su verga, exhala y también acaricia está, escuchando el sonido de un gruñido delicioso, se detiene más de lo necesario, sintiendo entre sus dedos cómo va creciendo y haciéndose dura.

Adam la toma de la nuca y la aproxima a su boca para comenzar a besarla, mientras aparta de esas manos, la botella de ese aceite, el beso es delicioso, y húmedo, se devoran.

Rey desciende y besa su cuello, es la primera vez que se aventura a tomar la iniciativa, juega con su lengua en esa quijada, sube a sus orejas y él sonríe cerrando los ojos; baja luego besando sus pectorales, su estómago, besa sus caderas y él sólo desea sentir.

Rey exhala y llega a dónde quiere, observa su verga y la toma entre sus manos, acaricia está subiendo y bajando, escucha sus quejas, acomoda su cuerpo y después de segundos escuchando a su Dios, lame.

Adam se queja más y comienza a respirar entrecortado y fuerte...
- Rey... - susurra y sujeta esas sábanas, la lengua de la castaña lame, mientras lo excita más.

Lo introduce en su boca y él gruñe fuerte, comienza a subir y bajar muy lento, Rey se siente arder y con el control. Adam se queja de placer y sus labios se entre abren para jadear, luego de disfrutar la felación que le hace por un tiempo, la toma de una muñeca y ella se aparta, respira cansada y totalmente excitada, la sienta en su estómago y besa sus labios, descendiendo a sus senos con premura, la acomoda para poder penetrarla.

Sujeta sus brazos por detrás de su espalda y lo hace, Adam comienza a moverse, apoyando la planta de los pies en esa cama, gimen ambos, ella niega y deja caer su cuerpo sobre ese pecho, se siente morir, luego de un orgasmo y de besos cortos, la gira quedando sobre ella, incorpora su cuerpo y la sostiene de la cintura, las embestidas son rápidas, Rey tiembla luego de un tiempo, siente que cada parte de su cuerpo no le pertenece, Adam la tomó del rostro y en esa posición la obliga a mirar, Rey gime más, provocando con esto al pelinegro, llega un orgasmo prolongado, Adam puede sentir esa succión, besa su quijada para luego morder está suavemente, pero no se detiene, ella sujeta sus brazos,
- te amo... te amo - dice desfalleciente y después sujeta su espalda marcando sus dedos en esta.

ÁNGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora