En la oscuridad de la noche, la llama era muy llamativa. En su camino de regreso, se encontraron con Leng Yunche, quien vino a ver qué había sucedido. Hei Yu no podía esperar para describir la sangrienta escena que habían presenciado. Indiferente como era Leng Yehan, no pudo evitar arder de indignación.
"Vamos a matarlos".
En su camino de regreso, Leng Yehan dijo de repente. Yun Che lo miró sorprendido. Luego miró el cielo nocturno y dio una respuesta irrelevante: "Parece que se está poniendo más frío".
La frialdad era una señal ominosa. A finales del mes pasado, el día del juicio final se unió con la nieve.
"¿Qué?"
Sin saber por qué cambió de tema repentinamente, Leng Yehan lo miró confundido.
"Nada. La llama atraerá más zombis. Nos vamos de este lugar ".
Yun Che no explicó mucho y caminó más rápido. Cuando volvieron a la estación de servicio, Xing Feng y otros ya estaban esperando afuera. Habían sentido algo.
"Estamos saliendo. ¿Te unes?"
Yun Che le preguntó a Xing Feng directamente.
"Bien."
Xing Feng respondió sin dudarlo. Inmediatamente envió a Yang Huaien y otro subordinado a un reconocimiento. Sería peligroso ir a la ciudad a medianoche. Tenían que encontrar otro lugar para quedarse y esperar hasta el amanecer.
Yun Yao, Zhan Yafei y Chen Chen estaban durmiendo en la esquina. Zhou Zeyu y Lu Haixuan estaban apoyados contra la pared, cada uno con un cuchillo. Sintiendo que alguien se acercaba, los cuatro adultos abrieron los ojos a la vez.
Yun Che sonrió y saludó, señalándoles que no había nada serio. Brevemente le dio algunas órdenes a Zhou Zeyu en voz muy baja. Luego se arrastró hacia Chen Chen y lo llevó en sus brazos. Chen Chen todavía dormía profundamente.
"Uh...tío...sueño..."
Chen Chen murmuró en trance. Abrió los ojos y se los frotó. Yun Che se puso un chupete en la boca y dijo: "Encontraremos otro lugar y dormiremos allí".
"Bien..."
Chen Chen murmuró y volvió a quedarse dormido.
“Yun Che, date prisa. Los zombis están llegando ".
No fue hasta que Xing Feng dijo que Lu Haixuan y sus socios se dieron cuenta de lo que había sucedido. Yun Che rápidamente ató a Chen Chen con una correa: "Vamos".
Cuando se iban, las mujeres del otro lado comenzaron a gritar: “¡Esperen! ¡Ayudanos por favor! ¡Ayuda!"
"¡Perra! ¡Vuelve!"
"¡Mierda!"
"Ayuda..."
Sabiendo que venían los zombis, la gente del otro lado también estaba ansiosa. Las dos mujeres que nunca antes habían pedido ayuda de repente se tambalearon hacia ellas, pero fueron atrapadas por los hombres hasta la mitad. Yun Che y sus compañeros se detuvieron.
Lu Haixuan y otros aún recordaban lo que Yang Huaien había dicho, por lo que se quedaron quietos. Parecía que estaban juzgando si las mujeres realmente necesitaban su ayuda, o tal vez estaban esperando las instrucciones de Yun Che.
"¡Ay! ¡Jódete!
"Ayudame por favor..."
De repente, una mujer mordió los brazos del hombre y corrió al lado de Yun Che mientras el hombre era demasiado doloroso para atraparla. La mujer casi desnuda golpeó a Xing Feng, con los brazos alrededor de él, el pecho contra su pecho:
