Capítulo 32

8.1K 1.1K 790
                                    

Izuku estuvo ansioso los siguientes días de su semana

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Izuku estuvo ansioso los siguientes días de su semana.

Oporto pasó tan rápido como se esperaba y antes de poder notarlo ya estaba tomando el avión hacia Canadá, sin la compañía de Shoto y un ánimo berrinchudo. Era estúpido, pero realmente no quería alejarse de Shoto después de todo lo que sucedió, así que cuando llegó el momento lo hizo a regañadientes. Le abrazó tan fuerte como pudo y dejó montones de besos sobre sus mejillas antes de que tomara su avión para ese chequeo médico y, posteriormente, le envió mensajes de texto cada hora, preguntándole qué tal estaba yendo todo y diciéndole que le quería y esperaba que se reunieran pronto.

Izuku pensó que parecía patéticamente controlador y solo esperaba que Shoto no pensara lo mismo. Y es que simplemente estaba preocupado como el demonio. Shoto era muy susceptible a tomar la culpa por cosas que no debía y no quería que volviera a hacerlo mientras estaba solo. La única manera de recordarle que no debía deprimirse era decirle lo importante que era para él y que era el hombre más maravilloso que pisó la faz de la tierra, aunque Shoto se quedaba sin palabras para responder y le repetía que estaba jugando con su corazón.

Su rutina consistió en levantarse temprano, darle los buenos días a Shoto y trabajar un poco en la vaga y poco explicativa biografía, asegurándose de que contenía más anécdotas divertidas con sus hermanos o amigos, y evitando entrar en detalles. Luego enviaría más mensajes al dueño de sus pensamientos, se reuniría con Melissa y cocinarían algo para el almuerzo mientras charlaban. La tarde sería nuevamente de trabajo y finalmente se iría a la cama temprano, intentando no pensar en muchas cosas que se estaban volviendo aterradoramente evidentes.

La tercera mañana de Julio escuchó que el escenario al fin llegó, el primer concierto en Toronto tomaría lugar el octavo día, así que todos se pusieron en marcha para prepararlo.

Izuku se emocionó porque eso significaba que Shoto estaría pronto en Canadá. La última vez que fue por su chequeo médico ni siquiera le dijo cuándo llegaría, así que solo podía esperar lo mismo otra vez.

Se inmiscuyó ensimismo al menos hasta que alguien tocó a su puerta. Pensó que se trataba de Melissa, así que tuvo una gran sorpresa al ver a Kirishima con una sonrisa y una gran bolsa de golosinas.

—¡Hola, Midoriya! —saludó—. ¿Qué tal estás? Ya sabes, estoy asegurándome de que estés bien y no te falte nada, o señor cascarrabias se enfadará conmigo.

Izuku casi rió, pero la vergüenza fue más fuerte y le impidió hacer algo más que boquear.

—Uh.

—¡Hombre, no tengas pena! ¿Me dejarás entrar?

Dio un paso al costado casi por inercia y dejó que el hombre entrara. Desde la pelea de Todoroki y Bakugou no podía estar a gusto con Kirishima, porque de algún modo seguía sintiéndose culpable del quiebre de su admirable amistad. Y era tonto. Kirishima dejó en claro que no era su culpa y tampoco mostró ningún tipo de desagrado hacia él, es más, seguía siendo tan amable como siempre. Simplemente era Izuku castigándose a sí mismo.

• Mutis •  [TodoDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora