Azoté la puerta al pasar y esta se cerró de un golpe. Joy, que estaba sentada en el sofa leyendo uno de sus tantos libros, se sobresaltó al oírme llegar.
-¿Mara? ¿Estás bien?-preguntó preocupada.
-¡Perfectamente!-dije con ironía mientras iba hacia la cocina.
Joy bufó y me siguió hacia la cocina. Abrí un armario y saqué una botella de whisky que teníamos para emergencias. Técnicamente esto era una emergencia.
-Emborracharte no va a arreglar nada, Mara; lo sabes.-dijo Joy tratando de quitarme la botella de las manos.
-Pero si ayuda a olvidar.-protesté llevando la botella conmigo.
La abrí y vertí un poco de su contenido en un vaso que había sacado del armario, para vaciarlo después de un sólo trago.
Joy cogió la botella y la cerró, para después ponerla en el armario, lo suficientemente alto como para que no llegase. Odio ser más bajita que ella.
-Vamos, Joy, devuélveme la botella.-le pedí haciendo un puchero.
-¿Quieres emborracharte?-preguntó. Asentí.-Está bien, pero lo haremos como dios manda esta noche. Nos vamos de fiesta.
-Llamaré a Susan, ella siempre sabe donde se dan las mejores fiestas privadas.-dije con un brillo de picardía en la mirada.
-Me das miedo, ¿sabes?
-¿Quieres una buena juerga o no?
-Sí, pero...-empezó a decir.
-Pero nada.-la corté.-Llamaré a Susan, ¡esta noche va a ser épica!
-Eres bipolar, ¿sabes?
-Me lo suelen decir.-dije y la guiñé un ojo.
Tomé mi teléfono y marqué el número de Susan con rapidez, me lo sabía de memoria. No tuve que esperar más de dos timbrazos y ella ya había descolgado.
-¡Mara! ¿A qué se debe tu llamada?-dijo una voz alegre al otro lado de la línea.
-Hola Su.-dije riendo.-Necesito tu ayuda con algo.
-Lo que sea, solo pide por esa boquita.
-¿Hay alguna fiesta que merezca la pena esta noche?-pregunté mientras me quitaba la chaqueta, haciendo malabarismos con el movil para que no se cayera.
-¿Problemas con Daniel?-y por cómo lo dijo supe que había compuesto una mueca.
-Desgraciadamente.-bufé.-En fin, ¿tienes algo?
-Para tu suerte, tengo dos invitaciones a una fiesta privada en el centro de la ciudad. Inauguran un bar temático de una banda de esas y me mandaron las invitaciones.
-Eres gente importante, Su.
-Al parecer sí.-rió.-Las dejaré en tu buzón a la que voy a casa. En una media hora las tienes ahí.
-Muchas gracias, Su, de verdad.
-No es nada. Pasalo bien y salúdame a Joy.
-Eso haré, chao.
-Hasta pronto, guapa.
Colgué el teléfono y lo guardé en mis pantalones. Joy me miraba inquisidora, pero yo solo fui de nuevo a la cocina y saqué de la nevera una manzana.
-¿Piensas decirme el plan?-preguntó Joy rodando los ojos.
-Tenemos pases para una fiesta privada.-dije y le di un mordisco a la manzana.-Su es una diosa.
-¿Y qué te pasaba antes? ¿Me vas a contar?-dijo ella mientras sacaba una servilleta y me la daba para que me limpiase del jugo de la manzana.
-Nada importante.
-Tiene que ser algo importante cuando has entrado prácticamente tirando la puerta a tu paso.
-No es nada, de verdad...
-Sabes que no puedes mentirme, Mara. Pero en fin... si no quieres contarme...
Miré hacia el suelo algo apenada y ella puso su mano sobre mi brazo.
-Cuenta.-susurró.
-Es... es Daniel...-dije botando la manzana a medio comer en la basura y limpiando con la servilleta mis manos.
-¿Qué ha hecho ya ese cerdo?
-No le llames así.-respuse y limpié una lágrima con la servilleta.-Sólo... sólo hemos discutido...
-¿Pero qué ha pasado para que discutáis? ¿No estabais preparando un viaje para navidades?
-Ese es el tema... no va a haber viaje. Él... se va.
-¿Cómo que se va?-preguntó asombrada.
-Le han dado una beca para ir a estudiar a Los Ángeles por unos meses, para mejorar no se qué... y... dice que quiere... tiempo.-sollocé.-Le amo, no quiero que se vaya... yo... sin él no soy nada.
-¿Vas a dejar de decir tonterías?-me dijo mi amiga golpeando mi brazo.-¿Dónde está la Mara que quería comerse el mundo?
-Enterrada a tres metros bajo tierra.
-Está bien. Basta ya de estupideces. Ve a cambiarte, que esta noche nos vamos de fiesta. Y vamos a arrasar.
Sonreí levemente y la abracé con fuerza. Sólo ella sabía cómo hacerme sentir bien, y la verdad, tenía mucha razón. Esa noche íbamos a arrasar.
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Live While We're Young
FanfictionDos amigas inseparables. Una fiesta. Cinco chicos. Y mucho, mucho alcohol. "Nada ni nadie podrá pararnos esta noche" "Beberé hasta perder la memoria" Más que amigas... ¡HERMANAS!