El Hijo del Candidato [Gay]

Capítulo 6 | La nominación.

¡Hola a todxs! Espero que se encuentren bien en medio de esta complicada situación y recuerden lavar bien sus manos. Sin más, les dejo el capítulo no sin antes recordarles que VOTEN ♦

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Había llegado la segunda fecha más esperada por la familia: el primer martes de junio, o sea, el día de la nominación para candidato a gobernador. Mi alarma siquiera sirvió de algo pues no pegué ojo en toda la noche por esa extraña sensación entre nerviosismo y excitación al entrar en el mundo de la política, aunque fuera sólo por un mes. Al fin sabría en carne propia el mundo de papá.

Miré la pantalla del móvil y eran siete con cuarenta y cinco. Aunque nuestra agenda oficialmente comenzaba a las once en punto, teníamos que ponernos de pie a eso de las ocho para un almuerzo a velocidad de la luz para posteriormente ir al Centro de Convenciones. Salí de mi alcoba y bajé a la cocina a por algo de agua.

—Así que tampoco has podido dormir, ¿eh?

Interrumpió de entre mis pensamientos mi padre, sentado leyendo varios periódicos. Imaginaba que leía la prensa en su...el día del nombramiento.

—N-no —hablé como pude para después beber un gran sorbo de agua helada.

—Tu madre y Monica han salido a comprar algunas cosas al supermercado para el desayuno.

—¿Tan temprano? —miré el reloj de la cocina.

—Sí, faltaban unas cosas para esos huevos con tocino que tanto te gustan, hijo.

—Oh, vale. Aunque, creo recordar que había suficiente ración para nosotros.

—Vendrá Peter, su esposa y unos cuantos más miembros del equipo a pasar el almuerzo con nosotros.

Le miré con duda, pero decidí pasar por alto la pregunta. Aún desconocía si era una señal de que ganaría la elección de hoy o simplemente eran cosas de política.

—En principio lo rechacé, Alex. Pero tu madre insistió. Ya sabes, detesto que mi trabajo los involucre en muchas situaciones...

—V-venga, papá. Está bien, los Garcia somos una familia unida y te apoyaremos en todo momento.

Recé que no me arrepintiera de lanzar tal afirmación. Esteban, mi progenitor, me dedicó una sonrisa honesta y soltó el diario que leía y me besó en la frente y después me abrazó.

—Un abrazo d-de o-oso, eh —reí nervioso como pude, mientras sentía como si una Boa constrictor me triturase los huesos.

—Hijo mío, te amo tanto.

Mis padres siempre eran cariñosos conmigo, demasiado. De igual manera eran sobreprotectores, aunque en especial mi papá. Juraría que, al igual que con Monica, tenía celos de cualquier chico que estuviera detrás de nosotros. Aunque, francamente, si los había en mi caso, los ahuyentaba. Pero eso es otra historia.