Cuenta regresiva.

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No entendía como Deku pasó de ser el héroe #1 a convertirse en esa Matahari que tenía frente a él. Sabía de las compulsiones de su novio; cuando algo le interesaba aprendía hasta el más mínimo detalle pero, verlo enfundado en ese vestido rojo mostrando su gran escote y comportándose coqueta con los hombres del salón, rayaba en lo absurdo; sobretodo por la gran sensación de celos que sentía en ese momento. Todos los malditos invitados de la sala miraban a su "esclava", incluso se habían olvidado de las suyas por ver a Deku, no era una mirada curiosa sino una de total lascivia que ni él mismo se había permitido dar a su ahora novia.

Por otro lado Deku se encontraba muriendo de los nervios pero, los sabía disimular; las miradas de todos lo incomodaban; ni el idiota de su novio le dijo algo sobre su aspecto y esos hombres al parecer sólo veían en él un pedazo de carne en medio de un salón de hombres hambrientos. Debía admitir que se sentía molesto por no recibir un elogio de Kacchan pero, eso no importaba tenía que concentrarse en su papel lo mejor posible: la pequeña y coqueta esclava del héroe Ground Zero; se decidió así para interesar mucho más a su sospechoso; teniendo a un héroe corrupto de su lado, el hombre en cuestión podría decir lo que necesitaban para inculparlo.

—Ground Zero —le habló un hombre de edad.
—Dígame...
—El señor Minami quiere verlo.
—Está bien... —miró a Izuku— Izumi, debo hablar con alguien un momento, te dejaré sola...
—Está bien amo... —Kacchan sintió ese "amo" como un golpe en su entrepierna, era horrible que él... ella, le dijera así— prométame que cuando regrese me compensará si me porto bien...
—No seas caprichosa... —la abrazó.
—De hecho... el jefe espera ver a su bella acompañante también.
—Está bien, vamos Izumi.

Ambos se vieron preocupados ¿los abrían descubierto? Eso era imposible, a menos que alguien filtrara la información. Se pusieron a la defensiva. Deku se apegó a Kacchan, algo no le agradaba en lo absoluto. Cuando entraron a la sala privada se toparon con un hombre de unos 30 años, junto a su escritorio estaban dos heroínas encadenadas a una correa. Ambas parecían perdidas, era obvio que algo les habían hecho.

—Mi estimado Ground Zero, sí que fue una gran sorpresa saber que usted se interesaba por mí mercancía, siempre se muestra tan correcto, aunque su carácter deja mucho...
—Deja de perder el tiempo, vine a ver tu catálogo no a escucharte decir estupideces.
—Tan efusivo; usted no teme mostrar su mal genio, aunque debo decir que tiene un gusto exquisito por la compañía —miró a Deku.
—No me hagas repetirme, vamos al maldito grano —dijo molesto, no le gustó para nada como miró al peliverde.
—Está bien, no es tan fácil entrar a este selecto club, hay varías reglas a seguir, sobretodo cuando de un héroe se trata —Katsuki alzó la ceja, eso quería decir que había héroes que formaban parte de esto— sí, hay otros además de usted —respondió al silencio— no se preocupe, no los juzgamos, su labor es muy estresante a veces necesitan un placer culposo para desfogar tensiones.
—Claro pero, está plática me está generando bastante tensión, ya debe saber que no soy paciente ¿qué debo hacer?
—Mostrarnos hasta donde llega su estrés.
—No entiendo, si quiere le vuelo la cabeza en este instante para que lo averigüe.
—No es necesario ponernos violentos, al menos no conmigo pero sí con ella —señaló a Deku.
—Izumi es mi mascota... una muy valiosa, no pretendo dañar a mi joya —Deku no pudo evitar sonrojarse.
—Está bien —suspiró— Otra opción sería compartirla, desde que llegó ha sido la sensación, es demasiado hermosa y nosotros usualmente compartimos a nuestras pequeñas.
—Con gusto señor —dijo Izuku.
—¡Cállate Izumi! —Katsuki cada vez estaba más molesto y tenía que calmarse con urgencia.
—Pero lo está pidiendo —dijo con un tono caprichoso— si quiere entrar al club no tengo problema en hacerlo amo —acarició su mejilla en el brazo de blondo.
—Izumi... —ambos se miraban a los ojos era claro que debían acceder.
—Tiene una mascota mimada, se nota que ha sido la única ¿verdad? Lo entiendo, puede ser incomodo al principio pero ya que se acostumbra a cambiar; se da cuenta qué hay muchas mejores que la primera.
—Solo vine aquí para comprar otra maldita mascota... —sintió cómo el agarre de Deku se tensaba, le gustara o no debían aceptarlo— está bien... sólo lo permitiré con usted y deberá saber que no soy alguien que le guste compartir sus cosas.
—Muy bien, pequeña ven aquí —señaló un punto en medio de la sala— desnúdate y baila para nosotros, mientras sigo hablando con tu dueño —Izuku asintió y antes de que su novio explotara decidió besarlo— definitivamente, son muy apegados ¿verdad?
—Sí, ella es mi pequeña...
—¿de donde la sacó?
—De la calle, la adopté para que se hiciera cargo de mis necesidades —señaló su entrepierna.
—Es curioso que un héroe tan joven y aparentemente recto como usted se interese en negocios tan brumosos.
—Usted lo dijo, soy un héroe joven, las agencias no permiten muchas cosas entre ellas, mis necesidades carnales, por eso la tengo a ella... —Miraba como quitaba su ropa, quedando en ese conjunto atrevido; quién haya escogido eso era hombre muerto— los vejestorios piensan que porque somos jóvenes no nos estresamos.
—Joven rebelde... —sonrió— eso lo veo desde el momento en que no temió venir con su identidad de héroe. Sabrá que si algo llega a pasar filtraremos las imágenes de usted.
—Ajá... —le restó importancia— vine aquí por su nivel de confidencialidad; no soy un cobarde como los otros que buscan aparentar algo que no son... los extras como esos poco me interesan así como sus amenazas baratas...
—¡Amo! —se quejaba Izuku— dejen esa charla aburrida y préstenme atención —esas amenazas eran innecesarias— señor Minami... ¿no se supone que quería revisarme? Ya quiero ver el catálogo para encontrar a una hermanita... sabe a veces satisfacer yo sola a mi amo es difícil...

Temporal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora