Capítulo 5

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"Carta número 1"

Estimado Charles.

Hace algunos meses que tu familia y tú salisteis del pueblo. Echo de menos las conversaciones que teníamos. Aunque solo acudías a mí para buscar información sobre la Casa de los Williams, esas conversaciones eran muy preciadas para mí.

Este pueblo sigue en el mismo estado, no cambia. Los días pasan lentos y aburridos. Nos envuelve la rutina.

No creo que tú y tu mujer volváis por aquí. Después del disparo y de la noticia del embarazo, dudo que tengáis ganas de volver.

Mis hijos y nietos siguen sin venir a verme. Apenas me hacen una llamada de vez en cuando o recibo alguna carta. No es gran cosa. ¿verdad?

La amiga de tu mujer, Nicky, viene a visitarme de vez en cuando. Me enseña fotos vuestras y de los niños. Me cuenta cómo estáis, lo que ha cambiado vuestra vida desde que os habéis marchado a la capital. Es curioso que vinierais buscando criar a vuestra niña en un entorno tranquilo y, justo la paz que buscabais, la encontréis en Madrid.

Os tengo que reconocer que esta mujer me preocupa. Está cada vez más obsesionada con la Casa de los Williams. No es que no haya nadie en este pueblo que piense en ese lugar. Ambos sabemos que habitualmente es el centro de las conversaciones en este pueblo. Pocos se atreven a permanecer más de cinco minutos cerca de ese edificio, mientras ella se pasa horas mirándolo. Si no está con los niños o en el colegio, la encontrarás allí, sentada en su coche, embobada con el caserón.

No puedo decir que no me preocupe, chiquilla.

Me alegré mucho al enterarme de que vuestro segundo hijo había nacido bien. Por todos lados se habla de cómo fue concebido. Bueno, todos sabemos cómo se hace un bebé, ¿verdad? Lo justo sería decir que todo el mundo habla de cómo recibisteis la noticia, de lo extraño del balazo que tu mujer tenía en el vientre.

En lo referente al chico d ellos Williams, todos parecen haberle olvidado. Es decir, que todo sigue tal cual como os fuisteis.

¿De verdad creéis que el bebé que estáis esperando es el niño de esa familia? Su espíritu, me refiero.

Supongo que esas cosas solo existen en las películas.

Nicky me ha dicho que le habéis llamad Aiden. Reconozco que es un bonito nombre, aunque espero que no le hayáis llamado así por el chico de los Williams. O al menos, no solo por ese motivo. Si habéis vuelto a la capital, es para deshaceros de toda influencia que pudiera tener sobre vosotros ese apellido.

Las pesadillas que tuvo tu mujer, las cuales ambos sabemos que no eran tales, se han detenido. Lo sé por Nicky.

Procurad mantener todo lo lejos posible de vosotros lejos de aquella familia si no queréis volver a tener las malas experiencias que tuvisteis en el pasado.

Te preguntarás por qué me preocupo tanto por lo que os pueda suceder. No sabría qué responderte. Tengo un mal presentimiento. Estoy prácticamente seguro de que algo os va a suceder. No hoy, ni mañana. Lo más seguro es que yo no esté aquí para verlo. Solo pretendo advertiros de lo que puede suceder si seguís empeñados en tener relación con ese apellido.

Nicky me ha prometido enviaros mis cartas en cuanto le sea posible. Seguramente os llegue más de una a la vez. Estos garabatos son la única forma que tengo de pasar el rato. Además, la maestra no puede pasarse por mi casa todos los días ni enviarlas con mucha frecuencia.

Tiene órdenes vuestras de no dar vuestra dirección a nadie. Comprendo vuestra preocupación. Habéis querido romper con todo mal recuerdo, con todo hecho dañino que os sucedió aquí.

Habéis tomado la decisión correcta. Alejaros de aquí todo lo que podáis y más.

Con cariño:

Leonor.

"Carta número 2"

Estimado Charles:

Me propuse escribir una carta con frecuencia, pero en los últimos días no he podido hacerlo.

Ha ocurrido algo extraño en la Casa de los Williams.

Hace unos días, de repente, el cielo se cubrió de humo. Sin duda, era un incendio. Supusimos que venía de la frontera con Francia, que se había prendido alguna finca de los alrededores, porque el olor era insoportable.

Todo el mundo salió a la calle. Un muchachito de unos quince años que venía de las afueras llegó a la plaza gritando que el caserón de los Williams se había incendiado.

Ya te puedes imaginar el revuelo que se ha armado en el pueblo.

Se llamó a los bomberos. Acudieron y sofocaron el fuego.

Han pasado unos días investigando de dónde había habían nacido las llamas. En un principio, no se pensó que había sido por aquel chico, por el mismo que había llegado al centro del pueblo dando la noticia.

No encontraron nada. Normalmente un fuego tiene un origen. En este caso, no fue así. Por explicarlo de alguna manera, el foco había sido toda la casa, todo había prendido a la vez.

De este acontecimiento, han pasado varios días. Desde que los bomberos terminaron sus averiguaciones, un velo se ha corrido en la memoria de los vecinos del pueblo.

Ayer fui a dar un paseo por las afueras. Tenía curiosidad por saber por cómo había quedado el caserón. Supuse que con tanto fuego habría quedado en el esqueleto, que sus paredes habían quedado calcinadas. Pues no, estaba como si no hubiera sucedido nada. Seguía igual que hace una semana o dos.

Desde hace un par de días, he notado que nadie habla sobre lo sucedido. Todo ha vuelto a la normalidad con el chico este que llegó a la plaza anunciando el fugo. Tal cual sucedió con el hijo de los Williams, todos parecen haber olvidado lo que ha sucedido.

A veces me pregunto si lo que recuerdo será real o el simple producto de mi imaginación. En ocasiones, me encuentro tan sola en esta localidad, que me pregunto si todo lo que escribo en estas misivas será mentira.

Os escribiré con más noticias sobre lo que vaya sucediendo en el pueblo. Temo me que si sigo pensando en esto, voy a enloquecer o, peor, hacerte creer que he perdido la razón.

Con cariño:

Leonor.

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