Capítulo 1

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"Principios de Junio, 2010"

En 2010, Mary Brown cumpliría veinte años. Había sacado muy buenas notas en segundo curso en la universidad. Su hermano Aiden, un año menor que ella, hizo lo mismo en su primer curso. Ambos hermanos habían escogido la misma rama profesional. Se ayudarían, de esta manera, entre ellos. A medida que iban aprendiendo cosas nuevas, participaban más en la empresa que llevaban su padre, Charles y su tío, Matthew.

Los dos habían escuchado muchas historias de cómo sus padres habían recibido la noticia de que Aiden estaba de camino. No le contaron toda la historia por no asustarles. Querían educarles en el más sano escepticismo.

Mary, que era la hermana mayor, sentía curiosidad por toda aquella historia y les pidió a sus padres que la dejaran pasar ese verano en el pueblo donde su hermano había sido concebido. Les pidió encarecidamente a sus padres que la dejaran ir. Ayudaría a Charles desde el pueblo. Años antes, él había estado trabajando allí con muchos menos adelantos tecnológicos de los que disponían en ese momento. Bonnie, su madre, no terminaba de estar de acuerdo con aquello, pero sabía que terminaría haciéndolo de todos modos. Aquella niña que, con tanto esmero había cuidado y acunado, se había convertido en la joven más cabezota que jamás había conocido.

_Por mí, bien. – Terminó cediendo Bonnie. – Aunque tengo un par de condiciones. Tu hermano irá contigo y, bajo ningún concepto, os acercaréis por la Casa de los Williams. Es el viejo caserón que está a las afueras.

No les habían contado lo que le había pasado entorno a esa casa, al menos, directamente. Habían cogido su historia y la habían hecho cuento. Si alguna vez necesitaban conocer esa historia, simplemente tenían que sentarse los cuatro juntos y convencer a los chicos de que todas las historietas que les habían contado eran reales.

Mary preguntó a su hermano qué le parecía, si quería ir con ella a Oeste-Village.

_Puede estar bien. – Contestó Aiden.

Era la primera vez que los hermanos iban a pasar unas vacaciones juntos, pero sin sus padres. Iba a ser un verano muy especial.

En cuanto terminaron el último examen en la universidad, hicieron las maletas, cogieron el viejo coche que les había regalado su padre, y se pusieron en camino al pueblecito. Su madre se había encargado de alquilarles una casa, que casualmente, era la misma en la que la familia había vivido cuando Mary era un bebé.

En cuanto se instalaron, llamaron a sus padres y salieron a dar un paseo. Tenían curiosidad por cómo era el pueblo.

No era una localidad muy grande. Tampoco es que se esperaran que fuera gran cosa. Ya sabían que lo que quería su madre era que la niña, que era la única que había nacido por aquel entonces, se criara en un entorno limpio y sin contaminación y que toda la familia tuviera la paz que las grandes ciudades no podía dar.

_Qué pena que a mamá le sucediera lo del disparo. Este parece un muy buen lugar para vivir. – Dijo Aiden saliendo de la casa.

_Sí, es cierto. En fin, lo cierto es que nosotros nos hubiéramos aburrido mucho viviendo en un lugar como este. Estamos acostumbrados a movernos de un sitio a otro, hermanito. No creo que por aquí haya demasiados sitios a donde la juventud pueda ir a pasar el rato.

_Bueno, hermanita, tampoco es que haya un exceso de gente de nuestra edad. – Bromeó.

Se habían llevado algo de comida de la capital, pero había cosas que, si hubieran metido en el maletero, no habrían sobrevivido al viaje. Aprovecharon el paseo para buscar la multitienda y comprar algunas cosas que necesitaban para el día a día.

Aunque habían pasado casi veinte años desde que la familia Brown-Smith saliera del pueblo, el comercio lo seguía llevando Jacinta. Tenía ya una edad avanzada, pero no había quien la sacara del negocio que había regentado toda la vida.

Realmente todo seguía igual. Faltaban algunas personas, algunos ancianos, pero esencialmente, no habían cambiado gran cosa.

Los hermanos no entendían cómo sus padres habían renunciado a aquel ambiente por volver a la capital. El disparo del vientre de Bonnie influiría, les era difícil creer que fuera el único motivo. Parecían haber vivido buenos momentos en esa localidad, como si detrás del balazo se ocultara algo más.

_Buenas tardes. – Saludaron. Pidieron lo que necesitaban.

_¿Sois nuevos en el pueblo? – Preguntó Jacinta sirviendo lo que querían comprar. – No os hemos visto nunca por aquí.

Los chicos asintieron.

_Hemos venido a pasar el verano. – Contestó Mary. – A comenzar el curso, tenemos que volver a casa.

Pasaron en la tienda más tiempo de lo estimado. Incluso Jacinta cerró más tarde de lo habitual por estar hablando con los dos hermanos. No todos los días se tenía gente nueva por Oeste-Village y quería conocerles mejor. Alargó aquella visita todo lo que pudo.

Los chicos no sabían cómo, pero al día siguiente todos los vecinos del pueblo sabían quiénes eran, de dónde venían, quiénes eran sus padres. En definitiva, todo lo que le habían contado a la dependienta de la tienda.

El revuelo que se había formado en el pueblo había sido grande. Solo algunas personas se acordaban de la familia. Los alumnos que Bonnie había tenido a su cargo, habían salido del pueblo. Pocos de ellos quedaban en el pueblo o regresaban a él por vacaciones.

Recordaron las historias que sus padres les había contado sobre Nicky y sus hijos. A Mary le daba pena no recordarles. Parecía que le gustaba mucho estar con Sergio y Michelle. Querían ir a ver dónde estaban enterrados. Tenían que terminar de limpiar la casa, la cual se la encontraron echa un desastre cuando llegaron y tardarían varios días en limpiarla.

Casa Encantada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora