"¿ESTÁS ENAMORADA DE ÉL?"

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Demi cerró la llave de la ducha, se secó y se vistió. Llevaba una camiseta blanca y unos jeans negros ajustados. Nada muy elegante, después de todo era para andar por el departamento. Se acercó hasta la puerta del baño pero no la abrió. Había cosas que debía pensar antes de abrir aquella puerta y encontrarse con tal dios tumbado en el sofá.

Se había acostado con él, pero en sus caricias, en sus besos ¿habían sentimientos reales? Era tan confuso pensar en ello. Pues él le había dicho que la amaba y ella pensaba que aún lo odiaba, ella solo estaba caliente, o eso prefería creer. Pues había estado más de un año sin nadie y realmente extrañaba esa sensación cuando estaba con Joe. Entonces, ¿ella aun lo amaba o aquello había sido solo un polvo? Lo mejor por el momento era convencerse de lo segundo y esperar que el plazo de los doce días acabara, no debía tomarse las cosas de manera apresurada o podría arruinarlas.

Suspiró y arregló un poco su, ahora, esponjado cabello. Necesitaba su secador. Bufó resignada y abrió la puerta del baño. Enseguida escuchó una voz conocida. La verdad era más de una. Y por el tono se notaba que no estaban del mejor humor.

- Y, ¿a qué debo su visita? – preguntó Joe, sentado en el mismo sofá en el que recién había yacido con ella.
- ¿Disculpa? Este departamento es de nuestra familia, nosotros deberíamos preguntarte que haces tú aquí. – El tono hostil de Dianna era demasiado obvio. ¿Acaso no podía disimular?
- ¿Qué hacen aquí? – Inquirió Demi mientras entraba en escena.
- Venimos a buscarte. ¿Por qué estás aquí, sola con... - Eddie observó al chico de pies a cabeza e hizo una mueca - esto?

Eso fue lo que más la enfureció. Joe no era una cosa para ser tratado de "esto", menos aun de la manera en la que su padre lo había dicho. Tan despectivamente. Ganas de llorar la inundaron, estaba decepcionada y mucho. Pero no se pondría sentimental justo en ese momento.

- Él tiene nombre y es Joe, además, ¿qué tiene de malo que este con él?
- Cariño, es un delincuente. - Demi no pudo aguantar la risa.
- Sí, claro, un delincuente. – Dijo sarcástica aun entre risas. – Joe es la persona menos mala que conozco.
- Tú no lo conoces. – Añadió en tono severo su padre. – ¿Acaso sabes dónde está su padre?
- ¿Por qué debería saberlo?
- Pues yo te respondo. – Dijo su madre ignorando por completo su pregunta. – Esta en la cárcel, por robo. Su padre es un ladrón... - luego miró a Joe, él estaba algo avergonzado, pues, ¿quién no lo estaría en su lugar? – y como dicen: "de tal palo tal astilla".
- No porque su padre este en la cárcel significa que él también llegara allí algún día o sea mala persona. Joe no ha hecho nada malo, lo puedo jurar.
- ¿Tan segura estas, pequeña? – Su padre se puso de pie y se le acercó. – Vámonos ya, Demi. Ni siquiera piensas lo que dices. Eres joven y tonta, haznos caso y vamos. – Él tomó su brazo y trató de llevarla a la puerta pero ella no se movió. – Espera, ¿estás enamorada de él? – Preguntó con tono burlón. – Vamos amor, ese nunca podrá amarte ni tratarte como mereces.
- ¿Cuándo te volviste así? – Cada palabra que su padre pronunciaba hacia que ella se decepcionara más. Para ella su padre era su héroe. Un buen hombre, un hombre justo. Vaya que estaba equivocada. - ¿Por qué lo tratas así?

Pero el señor Lovato no alcanzó a responder pues en ese momento por la puerta venían entrando Louis, Nick y Kevin.

- ¿Qué hacen ustedes aquí? – Preguntó el señor ya bastante enojado.
- Yo hice que Demi viniera a Londres, yo hice todo para que se reuniera de nuevo con Joe. No te enojes con ella, yo provoqué todo esto.
- Wow, que noble de tu parte, hijo. – Dijo irónico. – Ahora, ¿podríamos irnos de una vez al auto y volver a casa?

Louis y Joe intercambiaron miradas, eran miradas cómplices. Como si se estuviesen hablando. Luego el moreno asintió con la cabeza levemente. Lou se acercó a su padre y le susurró algo al oído, luego fueron a otra habitación del departamento acompañados también de Diannah. Joe se levantó y se acercó a Demi.

- Bien, ahora me siento como un príncipe y es raro. Pero te lo voy a proponer, - ahí fue cuando vino el momento de tensión, ¿qué clase de rara propuesta haría? - ¿quieres huir conmigo?
- Aw, que romántico todo esto. Son algo como Romeo y Julieta, ¿verdad Nick? – Comentó Kevin de manera empalagosa. - Debería haber comprado palomitas de maíz. – Miller le golpeó en la cabeza para que se callara de una vez. Louis no podría distraer a sus padres demasiado tiempo, todo lo que ocurría ahora era contra reloj.
- ¿Huir a donde?
- Holmes Chapel. Allí está la casa de Harry.
- Eh... - Ella lo dudó. Confiaba en él y lo quería, pero huir era demasiado. A pesar de que sus padres fuesen vanos y algo "malos" ella lo quería. Huir nunca fue algo que se le pasó por la mente. Miró a sus amigos. Nick y Kevin seguían en silencio pero con aquellas miradas le decían todo. – Esta bien.

Joe sonrió satisfecho. Tomó su mano, una chaqueta y se dirigieron a la puerta. Nick le entregó las llaves del auto de Louis y les sonrió. Bajaron las escaleras para subir al auto y luego perderse entre la multitud.

- Estoy muy orgulloso de ellos. – Murmuró Kevin. – Se nota que se quieren.
- Lo sé. Espero que los señores L no sigan arruinando la relación. – Kevin asintió.

El auto de Louis era cómodo. Pero no muy espacioso aunque olía bastante bien.

- Emm... Joe, ¿no sabes cómo llegar a Holmes Chapel, cierto?
- No tengo ni pu.ta idea. – Demi rió un poco y miró por la ventana. – Gracias por intentar defenderme.
- Es lo que hacen los amigos.
- ¿Solo somos amigos o algo más?

DOCE DÌAS (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora