Sólo venía por fresas... [I]

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La niebla de la mañana, conforme el sol salía, está se desvanecía

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La niebla de la mañana, conforme el sol salía, está se desvanecía.

Un resplandeciente Omega despertó, parecía que en cuanto el sol se asomaba sobre las colinas, algún interruptor en el Omega se encendía, despertando siempre con una sonrisa.

Sin esperar más, de su cama se levantó, comenzando así su rutina diaria, básica y sumamente aburrida. Con una canasta colgando de su brazo, salió de su morada, caminando hasta el bosque, que estaba bastante cerca de su cabaña, y que debía cruzar para poder llegar al pueblo.

¿Para que la canasta? Diariamente el Omega salía a por frutos rojos que crecían naturalmente en ese manto verde y húmedo dónde tanto pequeñas y frágiles criaturas vivían ahí, como feroces depredadores.

Al entrar al bosque húmedo y frío sintió algo observandole, sin embargó al prestar atención no vio cerca ninguna silueta amenazante o que le indicara peligro. Esa sensación de inquietud y vulnerabilidad ante una mirada le recorrió, tratando de ser optimista y no dejarse llevar por la paranoia y el miedo, se dijo a si mismo que solo era una ardilla curiosa que lo miraba desde su casita en algún árbol.

Aunque estos pensamientos se disiparon al escuchar como a sus espaldas mientras tomaba una fresa de un arbusto,el crujido de una rama partiendose contra el suelo gracias a un peso sobre ella se escuchó, alertando todos los instintos del Omega. “¿y si es un oso? Oh luna... ¡Me va a comer y olvide alimentar a mis tortugas!”

— ¿Que hace un Omega solo en el bosque? Uh, encima sin marca ¿esperas que alguien te ataque? estás entrando solito a la boca del lob-

Un gruesa voz lo hizo descolocarse y por mero instinto se giró, dando una patada en la ingle -a quien quiera que fuera que lo había asustado de esa manera tan descomunal-

— Joder, no eres tan indefenso después de todo... ah, duele...

Era un chico de tez morena, bastante alto que a la perspectiva de 1.65 de JiMin, se podía camuflar con los árboles con lo alto que era.

— ¿No me dirás ningún “Lo siento”?

— ¿Que clase de persona se acerca  de esa manera a alguien como si lo fueras a raptar? — Hablo está vez el pequeño, como reclamo.

Los corazones de ambos latían descolocadamente, uno de ellos por el reciente susto y el otro por la atracción que había sentido en un instante por el contrario.

Los corazones de ambos latían descolocadamente, uno de ellos por el reciente susto y el otro por la atracción que había sentido en un instante por el contrario

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──En corrección──

¹°MineೃJiMin harem.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora