AYRTON: Cuándo llega la investigación.

Capítulo 2

-Mya ¿Por qué corremos?- pregunté agitada mientras mis pies se movían rápidamente a través de los pasillos de la universidad.

-Sólo cállate, me estresas.

Todo pasaba rápido a mis ojos alrededor de nosotras, solo note que las pocas personas que estaban en la institución se reían o mostraban sus rostros de frustración y confusión.

Estábamos rumbo a la dirección para entregar los documentos faltantes en nuestra inscripción. La chica que halaba mi brazo corriendo parecía otra a con la que he vivido por 19 años.

Nuestros cabellos se elevaban en el aire por el viento, el cual golpeaba mi cara levemente por la velocidad en que íbamos.

Esto es loco y raro, nunca pensé terminar corriendo mi primer día de universidad; pero así están siendo las cosas.

Hablando ya con la directora nos dijo que podríamos ingresar a clases a las 8:10am, salimos de allí a pasos lentos y decidimos sentarnos en la parte de atrás de los baños.

-No entiendo por qué aquí, habiendo lugares abiertos donde podemos ver a los que llegan con sus caras de medio dormidos - Rodé los ojos mirando a la chica tensa a mi lado.

-Idiota - Soltó ella una pequeña sonrisa plasmando su vista al pasto donde nos encontrábamos tiradas.

Ella no es de sonreír, solo conmigo lo hace, no tiene amigos ni es la social aquí así que tendré que buscarle compañía para cuando yo no pueda acompañarla en sus ratos libres.

Será un chico.

Mi hermana no es de conversar con muchachas, dicen que son hipócritas, crecidas e inseguras; y eso, a ella la irrita.

No sé como me soporta a mi.

Estamos a unos cuantos metros del salón de fiestas de la institución, el cual tiene una piscina grande a un costado pero esta área está entre cristales y paredes que lo cubren.

Es mas precioso de lo que pensé.

Un chico con shorts, mojado y de cabello oscuro llama atención al yo notar que el sale sigilosamente del área prohibida desde la puerta de atrás dirigiéndose hacia nosotras.

Oh por Dios, debes estar bromeando; parece un modelo de esas revistas que compra mamá para que papá haga sus trajes importantes.

Él pasa su mano mojada por su cabello, luego la baja y la mete a unos de sus bolsillos; su torso descubierto hace notar sus músculos marcados y un tatto en la parte de sus costillas, su tono de piel es blanca y...

¿Qué me pasa?, Mía lo miras mucho, ¡se va a espantar!.

Aparte mi mirada y saqué mi ensalada de frutas del bolso para empezar a comer trozo por trozo.

Me quedé paralizada al sentir un aroma de un perfume conocido para mí. ¿Conocido?, ¿conocido de dónde?.

-¿Comiendo tan temprano?- Voz masculina, gruesa pero educada; hermosa...

Solo giro mi cabeza a un lado y pude sentir cada que exhalaba el calor de su respiración en mi nariz; esos desconocidos ojos intensos color miel cayeron sobre los míos haciendo que me intimidara un poco pero también que mi corazón latiera muy rápido.

Hasta que volví a la realidad y alcé un poco mis manos para apartarlo, lo cual hizo que el chico dramatizara una caída sobre su espalda luego de estar sentado en cunclillas frente a mi.