Asimilar

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Al primer instante Lambo estaba llorando, molesto; luego, al siguiente momento, se encuentra en un lugar desconocido, lleno de personas extrañas, después de haber pasado por un túnel de luces. La lógica, y la experiencia, dicen que está en el futuro gracias a la bazuka de los 10 años, ¿qué más podría ser? No tiene de qué preocuparse, esta vez fue completamente accidental, volverá dentro de cinco minutos como tenía que hacer la última vez, ¿a quién le importa lo diferente que es el futuro comparado con el que recuerda? Definitivamente no a él, es obvio que después de vencer a Byakuran las cosas cambiarían, no tiene porqué estar tan nervioso... ¿nauseas? ¿Tsuna? ¡Nope!

Pero no hubo humo cuando llegó.

No hay necesidad de preocuparse por los detalles como esos, aunque la gente formando un círculo alrededor de él, mirándolo, lo hacen sentir incómodo... Hay quienes tendrían curiosidad por el intercambio, está en plena calle después de todo, además, pueden ser las bolsas con dinero y joyas que tiene cerca.


Inhala, exha-

-"Yo, el héroe Silver Knight, detendré tu alevosía" -Disculpe, ¿alevosía? ¿Por qué se está acercando? 

-"¿¡Hieee!?"-esquiva un una lanza, dos lanzas, aterrado por como estas destruyen la pared detrás de él recibe el tercer ataque, un puño, directo en la cara, haciendo que sus ojos se cierren en contra de su voluntad y su cuerpo se caiga para atrás. Al poco tiempo cree escuchar gritos, pero más importante, reconoce la melodía de una ambulancia.



Su conciencia vuelve a la superficie, y lo primero que siente, antes de abrir sus ojos, es el olor de talco, no, huele a enfermería, a hospital. ¿Por qué? Nada duele, si bien se desmayó después del golpe no puede meritar una hospitalización, siempre que puede evita los a los médicos, especialmente después de la primera llegada de Reborn.

Una vez más: inhala y exhala. 

Tick, tack


Abre los ojos, notando que es de noche, no hay personas conocidas alrededor, no hay personas desconocidas tampoco: es el único en la habitación, las camas adyacentes (aunque no son muchas) están todas vacías; hay un -ruidoso- reloj de pared a su derecha y no reconoce nada de lo que ve por la ventana. Al menos, tiene sus anillos con él, así como la misma ropa de la mañana.

Tick, tack


¿Hace cuánto que no se sentía tan solo? 

Ignorando el ardor en sus ojos, busca su celular, y por aliviado que esté de encontrarlo, no aprecia la ceguera temporal producida por el brillo cuando prende la pantalla para ver la hora: 14:00. No es posible, no cuando claramente es de noche. Confundido, prende la linterna y la dirige al reloj de pared: 1:15, lo que tiene más sentido, a pesar de no ayudar en nada. 

Siendo positivos, a lo mejor esto no es más que una broma pesada de Reborn, por lo que en cualquier momento vendrá Gokudera, Yamamoto, o alguien más, quizás su tutor aparecerá de algún escondite vistiendo algún atuendo ridículo para golpearlo por ser tan patético. Síp, esa siempre es una posibilidad.

¿Y si no es así? Si no tiene nada que ver con Reborn, ¿qué puede hacer él por su cuenta? Dado que tiene su celular con él, puede intentar llamar a alguien, Gokudera siempre responde. 

Tick, tack.


Tras meditarlo, controla el temblor en sus manos lo mejor que puede, leyendo las letras borrosas, marca un número que podría funcionar, porque el sagrado celular no funciona: ninguna llamada sale, no a Gokudera, no a Yamamoto, no a casa, ni a Haru, ni a Kokuyo, o Hibari, ninguna.

Un Problema de IdentidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora