Capítulo 3

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En los días que siguieron los dos chicos se evitaban constantemente, Link sabía que todos en Ordon estaban enterados de que ellos habían terminado y que él le había roto el corazón a su amiga, aunque nadie decía nada, cada vez que el chico se aparecía en el pueblo notaba como todos lo miraban con descontento, hartó de eso el muchacho se dejaba ver cada vez menos por el pueblo, si no estaba en su casa se refugiaba en el bosque de Farone, los únicos lugares donde sabía que nadie lo juzgaría ni lo miraría mal, a veces el muchacho se llevaba a su yegua al bosque con él y hablaba con ella pues sabía que Epona lo entendía y a veces deseaba poder transformarse nuevamente en lobo para poder entenderla.

Un día mientras Link se dirigía solo hacia el bosque, descubrió que Ilia ya estaba allí sentada sobre una gran roca, ella levantó la mirada al oírlo acercarse y se sorprendió al verlo, el ambiente se tornó tenso cuando sus miradas se encontraron, él se percató de que la chica estaba tallando una figurita de madera con una pequeña navaja, Ilia se levantó inmediatamente con nerviosismo escondiendo la figurita y la navaja tras su espalda –Hola –saludó Link intentando ser amable, la chica lo miró ceñuda –¿Qué haces aquí? –preguntó ella enojada –lo mismo te iba a preguntar a ti –respondió él con cautela –no es de tú incumbencia –le espetó la chica acercándose a Link, el muchacho ni siquiera se movió –sé que estas sufriendo –dijo el chico en tono conciliador –y yo también –añadió, pero enseguida se arrepintió de hacerlo pues los ojos de Ilia se oscurecieron por el enfado –ah sí, con que estas sufriendo –dijo ella con cruel sarcasmo –entonces vuelve con tu adorada Midna, tú no perteneces aquí –al escuchar eso, el muchacho sintió tal enfado que soltó un gritó de furia y dolor que más bien sonó como el gruñido de un lobo, también sintió como su cuerpo quería cambiar de forma


–por favor, ahora no –pensó él desesperadamente mientras intentaba calmarse, Ilia lo miró asustada pues había notado como las facciones del muchacho habían cambiado momentáneamente, retrocedió temerosa, –tranquila Ilia –dijo el chico con voz tranq...

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–por favor, ahora no –pensó él desesperadamente mientras intentaba calmarse, Ilia lo miró asustada pues había notado como las facciones del muchacho habían cambiado momentáneamente, retrocedió temerosa, –tranquila Ilia –dijo el chico con voz tranquilizadora intentando acercarse a ella –¡No, aléjate de mí monstruo! –exclamó la chica levantando la navaja para defenderse, Link se quedó paralizado inmediatamente al oír aquello –Ilia, soy yo Link –insistió él volviendo a acercarse a su amiga, ella enseguida lanzó un tajo al aire que le dio al chico en la mejilla, él retrocedió llevándose una mano a la cara sorprendido y se tocó la herida viendo la sangre en sus dedos, la chica salió corriendo aterrada, el muchacho estaba confundido –¿Qué era lo que había pasado? –se preguntó dejándose caer en la misma gran roca, al mirar al suelo se dio cuenta de la pequeña figurita que yacía a sus pies, la levantó dándose cuenta de que era la figurita de un caballo y él inmediatamente supo que era Epona pues su amiga la quería mucho y seguramente la extrañaba, se la guardó en el bolsillo y volvió a casa.

Esa noche Link se quedó despierto largo rato intentando entender lo que había pasado, recordó la enorme furia que lo embargó cuando su amiga le dijo que él no pertenecía allí –pero decía la verdad –se dijo el chico a sí mismo –esa furia me iba a transformar, Ilia lo vio, fue eso lo que la asustó tanto –dijo llevándose una mano al corte apenas cicatrizado, ahora lo entendía todo si perdía el control de sí mismo se transformaría en lobo –debo mantener el control para no transformar me frente a alguien y que se desate el pánico –se dijo con firmeza, miró la figurita que estaba en la mesita a su lado –debo devolverse la –dijo mientras salía de su casa, era media noche por lo que todos dormían, así que Link se dirigió silenciosamente a la casa de su amiga y se acercó a la ventana de su habitación, sacó la figurita y la depositó allí, esperando que la chica la viera por la mañana, miró a Ilia que dormía tranquilamente y sintió una enorme tristeza pero se contuvo –sabes que aún te quiero –dijo él en voz baja –sólo que ahora de forma diferente –una lágrima escapó de sus ojos –ojalá entendieras que aún te cuido y que todavía me preocupó por ti –se alejó de allí y volvió a su casa, de nuevo a solas en su habitación dejó que la tristeza lo embargara por completo, se tumbó boca abajo en la cama llorando,


sus lágrimas caían por su cara empapando la almohada, un sollozo estrangulado escapó de sus labios, lloró hasta que se quedó dormido

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sus lágrimas caían por su cara empapando la almohada, un sollozo estrangulado escapó de sus labios, lloró hasta que se quedó dormido.

Dolor y ReencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora