4- Infectología

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Leonid dejó que su auto eléctrico se estacionara por si mismo en un cajón un poco lejano a la puerta del hospital. En realidad no le importaba mucho si tenía que caminar un poco más ese día. Esa mañana había despertado con la ansiedad respirando en su nuca desde que había leído los mensajes en el grupo donde comentaban que el doctor Sanders había comenzado a convulsionar después de su ingreso al hospital.

Para ese punto ya eran más de las 48 horas desde que Lucy Vincent había llegado a la sala de emergencias y había mordido al doctor Sanders.

Un ruido estruendoso le devolvió a la realidad, prestándole atención al ruido supo que era el motor de una motocicleta. De hecho, una bastante familiar, la cual se paró justo del lado del copiloto en otro de los cajones vacíos del estacionamiento. Era una motocicleta grande y negra con pequeños detalles rosas alrededor, casi podía jurar que era una Harley-Davidson.

Miró al conductor y reconoció de inmediato aquella figura esbelta con proporciones tipo de reloj de arena. Estaba cubierta por una chaqueta de cuero negra y unos jeans azules con protección en las rodillas. La mujer deslizó una de sus piernas sobre el asiento de la motocicleta y se levantó directa a quitarse el casco. En un movimiento suave y ya familiar para ella, levantó el casco hacia arriba y su cabellera dorada cayó con gracia sobre sus hombros.

Leonid sentía la sangre abandonar su cabeza y dirigirse a otros sitios con tan solo ver el rostro angelical de aquella mujer mientras el sol de la mañana iluminaba sus cabellos y su piel pálida.
Por solo ese momento olvidó el miedo que sentía de empezar sus rondas y enfrentarse al pasillo de aislados. El rostro delicado y los ojos azules hipnotizantes de Isabelle hicieron que su mente volara a otro universo, uno donde solo se dedicaba a besarla y no había nada del hospital que lo estresara. Cuando ella miró hacia su dirección, el corazón de Leonid parecía que había dejado de latir por un segundo. Ambos se sonrieron y Leonid le lanzó un beso, lo cual hizo que las mejillas de Isabelle cambiaran a un rojo intenso.

"Que tengas buen día, amor" las palabras de su esposa resonaron en su mente mientras continuaba recorriendo con la mirada a Isabelle. "Miserable" pensó  para si mismo, recordando a la mujer con la que se había casado vestida con una pijama de cuadros rojos esa mañana. Anelisse había empacado un emparedado de pan integral suavemente tostado con mantequilla y con relleno de cacahuate. Un detalle clásico de Annaliese desde que eran novios. Isabelle también le había hecho de desayunar la mañana anterior después de pasar la noche con ella, pero no era lo mismo.

Era algo nuevo recibir amor doble, sus necesidades carnales estaban bastante bien cubiertas y recibía atención de ambas mujeres. Pero siempre que veía a Isabelle a escondidas se preguntaba ¿Cuánto tiempo pasaría para que Isabelle un día se diera cuenta de la mentira? ¿o cuando Annaliesse descubriera su doble vida? Era fácil mentirle a esos ojos verdes a la cara, justificando su ausencia con las exigencias del hospital pero la realidad era que había dormido entre las sábanas de Isabelle.

No, su matrimonio no era malo. No tenían problemas reales. Leonid un día conoció a Isabelle y se había enamorado a primera vista. Con Annalisse la relación era desde la facultad de medicina, habían crecido con la esperanza de un día casarse y formar una familia. Y Leonid se sentía aburrido de las platicas con Anna, de su cabello alborotado en las mañanas, de sus ronquidos, del mal humor en sus días... e Isabelle era alguien distinta a su esposa, no le reclamaba ni le juzgaba por el olor de sus pies.

Leonid finalmente bajó de su carro, un Prius modelo S del 2026 en color gris. Leonid disfrutaba ver a Isabelle sonrojada y contenta. Después de haber revisado a Lucy, habían pasado la noche juntos, y parecía que había sido bastante reconfortante para ambos. Mientras caminaban hacia la entrada, Leonid rozó las manos de ambos suavemente con sus dedos. Quería besarla en ese momento y decirle que su perfume dulce le estaba volviendo loco. Pero sabía las reglas estrictas del hospital, y no quería arriesgarla a que la gente sospechara de ambos. Menos en un caso donde necesitaba a alguien tan hábil e inteligente como ella... Además que algunos compañeros sabían que Annaliesse era su esposa, y quería evitar rumores que pudieran llegarle a ella.

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2024 ⏰

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