Capítulo 3

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Las palabras que no era capaz de articular... ¿Por qué? ¿Por qué era tan difícil hacerlo? Aún sostenía su brazo, con la mirada hacia el suelo. Me sentía tan impotente, mientras mi silencio fue interceptado.

- ________, ¿me dirás algo? ¿O ya puedo retirarme?

Su actitud me petrificaba. El solo escucharlo causaba escalofríos en mí. Ese no era el Hiro que alguna vez conocí, pero no podía culparlo cuando la falta era mía. 

- No te vayas... por favor. -rogué.

- Quizá debas regresar a casa.

- Necesito hablar contigo, Hiro.

- Dudo que haya algo pendiente entre nosotros. -sentenció fríamente. Él no quería saber nada de mí...

- Sé que debí decírtelo hace mucho, pero no sabía cómo hacerlo...

"Tengo miedo. Mucho miedo, para ser honesta."

- ¿De qué hablas?

"De que nada vuelva a ser como antes..."

- Yo...

"Pero si no lo hago..."

- ¿Qué sucede?

"Lo perderé para siempre."

 - Aún estoy enamorada de ti.- pronuncié, resignada- Incluso aunque no sientas lo mismo, aún te amo, Hiro.-mis lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas. Él había sido la única persona que había amado durante todos estos años...

Él solo se limitó a observarme por unos instantes, con cierto desprecio que ocultaba su dolor. 

- Pues una persona no abandona a quien ama...-dijo, mientras desviaba la mirada- ¡Mucho menos la deja sin motivo aparente!-manifestó con cierta ira.

- Sé que te causé mucho daño y en serio lo lamento. La última intención que tenía en este mundo era herirte.

- Pero fue lo primero que hiciste...- parecía algo perturbado, como si estuviese intentando reincorporarse y no dejarse llevar por sus emociones- De todas maneras -continuó hablando con firmeza- ya no interesa. Tú continuaste con tu vida y yo, la mía. ¿Recuerdas cuando alguna vez me dijiste que no debía vivir en el pasado? Que solo disfrutara mi presente y forjara mi futuro... pues es lo que deberías hacer tú también.-murmuró, mientras pasaba por mi lado para retirarse.

- Pero no me refería a mí...-susurré.

No interesaba lo que hiciera o dijera, él se marcharía de todos modos. En ese momento, ninguna palabra se sentía tan relevante como las que nunca dije en su debido momento y que ahora, ya no tenían importancia.  

No quiero olvidarte (Hiro Hamada y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora