NO. 20

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Con pereza giro lentamente su cabeza hacia la entrada de la cueva y se quedó viéndola durante varios minutos antes de girar su rostro hacia kagome, que estaba dormida contra su pecho. Ligeramente molesto al tener que apartarse de su lado soltó un bufido y se movió suavemente para apartarse de su lado

Mirando que había logrado salir del lado de kagome sin despertarla suspiro y empezó a caminar con pasos sigilosos fuera de la cueva y hacia el exterior. En cuanto salió, la lluvia lo golpeo con fuerza pero él lo ignoro a favor de ir por su presa

Al verla, mordió con fuerza una de las patas y empezó a arrastrarla de vuelta a la cueva, ignorando las miradas de las leonas. De un solo vistazo hizo que ellas retrocedieran y se sintiera satisfecho al ver el miedo en sus ojos. Arrastrado su presa por el suelo, llego hasta la entrada de la cueva y con cuidado la dejo en el suelo viendo que kagome aún no despertaba

Aprovechando el momento regreso a fuera y tomo el coco que había dejado en el suelo, ahora lleno de agua y regreso con mucho cuidado de que no se derramara. Lo dejo suavemente en el piso cuando llego a la cueva y se quedó quieto mirando a su alrededor al ver que tenía todo, agua, comida y su pequeña compañera dormida. No quería despertarla, pero necesitaba que comiera, aún estaba débil

Caminando al antílope desgarro su estómago de una sola mordida y arranco un gran trozo de carne y se acercaba a kagome mientras la movía suavemente con una de sus patas. Al ver que empezó a despertarse dejo caer el gran trozo de carne frente a ella

Al abrir los ojos lo primero que noto fue el gran trozo de carne lleno de sangre a su lado. Asustada se sentó de golpe y miro a un scar lleno de sangre que la miraba con ojos expectantes, mientras su cola se movía suavemente detrás de el

"debes comer"

Rugió suavemente mientras empujaba la carne con una de sus patas en su dirección. Haciendo una mueca agarro la carne ofrecida y le dio un mordisco sintiendo con molestia como la sangre llenaba su boca. Haciendo una mueca empezó a masticar la carne con la poca fuerza de voluntad que le quedaba, siendo vista por un scar orgullosa y aliviado al ver que estaba comiendo

"pronto estarás bien"

Acaricio su cabeza suavemente con su hocico haciendo que la sangre que tenía la manchara. Ignorando la sangre en su cabello acaricio el cuello de scar un par de veces antes de que él se apartara de ella y se dirigiera al antílope para arrancar otro pedazo para ella

"ya estoy llena"

Le dijo mientras alzaba una mano para detenerlo mientras sacudía su cabeza suavemente, pero scar frunció el ceño y aun así dejo caer un pedazo de carne más pequeño frente a ella

"no importa cuánto niegues, seguirás comiendo"

Viendo que él no cedería no le quedo de otra más que seguir comiendo. Ligeramente divertido al ver sus expresiones se giró y empezó a comer el resto del antílope con desinterés mientras sus ojos estaban fijos en la entrada de la cueva. Su hermano se estaba acercando y no quería tratar con él. Soltando un gruñido de advertencia giro su rostro hacia kagome cuando ella lo escucho

"¿Qué pasa?"

Dándole un parpadeo acaricio su cabeza contra la suya antes de salir

"quédate aquí"

Escuchando su demanda o rugido, lo miro irse de la cueva con pasos pesados. Scar por su parte miro a mufasa que se había detenido al escuchar su advertencia y en silencio empezaron a caminar fuera de la cueva hacia la lluvia

"seré directo" scar se tensó al escucharlo "quiero que la pequeña se quede en mi territorio"

"no"

"ella estará más segura en mi manada"

"no"

"pero ella.."

"ella es mía" su voz era fuerte, elevándose por encima del ruido de la lluvia "y no dejare que se quede en tu manada, no tienes el derecho a reclamarla"

Mufasa frunció el ceño y retrocedió un paso para tomar distancia por si había una pelea

"ella no es un león, no puedes reclamarla" mufasa dijo con reflexión "es débil y frágil, solo morirá bajo tu cuidado"

Al escucharlo scar mostro sus largos colmillos en amenaza. No le importaba si ella no era un león, kagome seguía siendo suya a pesar de ser una raza diferente, él era fuerte, podría protegerla, no necesitaba de una gran manada como la de su hermano, solo necesitaba que ella estuviera con él y todo estaría bien

"ella es mía, no permitiré que te la quedes" su voz era cada vez más profunda y amenazante "ahora vuelve, no seguiré escuchando tus demandas sin sentido"

Antes de que mufasa pudiera seguir hablando, él le dio la espalda y entro corriendo a las cuevas dirigiéndose a kagome. Ya no podían vivir ahí, necesitaban irse de ese lugar. Entrando a la cueva, se relajó un poco cuando ella lo recibió con una sonrisa. Se irían por la mañana, se negaba a estar un día más en ese lugar 

Un león y su protegidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora