Tercera parte. Un paseo por la playa.

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En cuanto su novia se adentró al baño, él tomo la maleta de Shikamaru y salió del cuarto, para su suerte no tardó nada en encontrarlo, estaba justo en la habitación de al lado.

- Shikamaru – le lanzo la maleta que el Nara tomo confuso.

- ¿Qué pasa?

- Lo siento hermano, tendrás que quedarte en otro lado, Hinata se quedara conmigo, y no puedes quedarte donde mi novia.

- Vamos Naruto, no quiero dormir con Chouji y Kiba, sabes lo problemáticos que son.

- ¡Hey!, no somos problemáticos – se defendió Chouji.

Shikamaru sin prestarle atención volvió a insistir – mucho menos quiero dormir con Shino y Gaara, sabes lo raritos que son.

- Y tú debes ser un buen amigo. Creí que esa era una de las reglas que dijeron antes de venir, que si alguno conseguía una buena noche los demás se sacrificarían durmiendo como enchiladas.

- Yo no estaba en esa conversación

- Porque estabas dormido, pero Naruto tiene razón, se dictamino eso desde un principio – afortunadamente Chouji estaba de acuerdo en ello.

- Bien, espero que disfrutes tu noche – le dijo enfadado el Nara mientras arrastraba su maleta a una esquina de la habitación.

Naruto no pudo evitar reír, ni siquiera creía que Hinata quisiera pasar una noche apasionada con él. Creía más bien que no quería estar con las locas de sus amigas, pero en todo caso, no quería que ella estuviera incomoda con otro hombre en el cuarto, de ese modo ella podría dormir en su cama, y él en la de Shikamaru. Siempre buscaría su comodidad.

Con ese pensar fue hasta la habitación donde seguramente estarían las locas de sus amigas, toco a la puerta un par de veces, sabía que ya estaban adentro porque podía escuchar hasta fuera sus horribles voces. Ojala Hinata tuviera mejores amigas.

Fue Sakura quien abrió la puerta y le observó con el ceño fruncido

- Arruina fiestas, ¿ahora qué quieres? – la pelirosa no disimulo que estaba enfadada con él, como si él hubiera sido el malo del cuento.

- ¿Quién es? – grito Ino de espaldas, pudo darse cuenta que no llevaba prendas en la parte superior y de inmediato desvió la mirada, no podía creer que esas mujeres descaradas fueran las amigas de su dulce novia.

- El celoso.

- No soy celoso – se defendió – ustedes son unas pésimas amigas, debería darles vergüenza obligar a Hinata a hacer cosas que no quiere.

De pronto apareció la rubia en la puerta, afortunadamente ya vestida – nos estábamos divirtiendo y tu llegaste a arruinarlo.

- ¿Hinata se estaba divirtiendo? – ambas se quedaron sin habla – exacto – les dijo furioso – ella las quiere y ustedes lo mínimo que deberían hacer es respetar sus decisiones.

- Ok – le dijo Sakura – le pediremos disculpas, ¿dónde está?

- Vine por sus cosas, porque claramente no se quiere quedar con ustedes.

- Oh eso no puede ser verdad – Ino parecía realmente consternada por aquellas palabras.

- Estuvo llorando, ¿qué clase de amigas la obligan a hacer algo que no quiere?

- Debes estar de broma – Sakura también había cambiado totalmente su cara. Ambas parecían preocupadas por su dulce novia. ¡Qué bueno!, ya era hora de que se sintieran mal por sus acciones.

Las amigas de mi noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora