Séptima parte. Las brujas siempre traerán problemas.

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Se sintió dichoso de tenerla entre sus brazos cuando despertó, le hubiese gustado tenerla de ese modo el resto del día, lamentablemente en menos de una hora tenían que partir de vuelta a Konoha.

- Preciosa – le hablo con suavidad. Estuvo a punto de desistir en despertarla porque realmente parecía estar muy cómoda, pero seguro que no era una buena idea llegar tarde al autobús, no se irían sin ellos y ya podía imaginar que si llegaban muy tarde todos estarían sobre ellos por hacerlos esperar, ya tendrían tiempo para tomar una buena siesta – preciosa – le dio besos en la coronilla de su cabeza y luego la movió para poder besar sus mejillas – despierta hermosa.

- Naruto, ve tu a nadar, yo quiero seguir durmiendo – oh su novia no parecía darse cuenta en qué día vivía.

- En una hora debemos estar en el lobby, hoy regresamos.

- Oh no – se lamentaba su novia mientras trataba de abrir sus ojos.

De no ser muy pronto la ayudaría a despertar con una buena sesión de sexo, resignado recordó que era muy pronto, lo menos que deseaba era lastimarla, así fue como termino metiéndose en la regadera con agua fría.

Se moría por hacer muchas cosas con ella, entre las cuales, por supuesto era ducharse juntos y hacer el amor debajo del agua, pero todo aquello tendría que ir con calma, tendría que dejar que ella marcará el paso de cómo ir avanzando, de eso estaba completamente seguro.

Al salir del cuarto se percató de sus mejillas rojas y de que trataba de hacer una bola con una sábana.

- ¿Qué haces? – le dijo curioso.

- No cabe en mi maleta, ¿te la puedes llevar en la tuya? – le extendió el pedazo de tela.

- ¿Por qué te quieres robar una sábana del hotel? – su novia pareció indignada ante ese comentario.

- No es un robo, pero dado que arruinamos el material prefiero llevármelo y evitarles la pena de tirarla por ellos mismos.

No tardó mucho en adivinar lo que pasaba y fue a besarla para tranquilizarla.

- Deja las sabanas junto a las demás...

- Pero...

- Las mucamas lo menos que quieren es revisarlas a consciencia, las meterán a lavar y las desinfectarán, así de sencillo.

- Cuando las tomen pensarán que matamos algo.

- Hina, no somos los primeros...

- Si no me ayudas tú, le pediré ayuda a Ino.

Y ahí estaba en la recepción entregando las llaves del cuarto mientras cometía un robo. En su maleta tenía la sabana que más tarde tendría que encargarse de tirar sin llamar la atención.

Como en el viaje de ida se sentó al lado de su novia mientras que las brujas de sus amigas iban al frente. Ya esperaba que empezaran a molestar como de costumbre, sin embargo y para su gran sorpresa la pelirosa estaba totalmente ausente, y se dio cuenta de lo que sucedía cuando Ino la delató.

- Deja de mensajearte con el tarado ese.

- No es ningún tarado, es un hombre muy inteligente.

- ¿Hablan del amigo de Naruto? – Hinata se interesó por la conversación.

- Es tan guapo e inteligente, además es muy culto.

Las chicas emocionadas se pusieron a hablar del nuevo romance de Sakura, todo parecía indicar que en verdad habían congeniado. Se sintió extrañado de que Sasuke le diera tan buena impresión a la pelirosa, a él no le parecía que tuviera tantas cualidades, era más bien un tipo arrogante y de mal humor, no dudaba que tuviera sus momentos de buen amigo, pero para nada lo podría describir como lo hizo la pelirosa. Sin embargo eso no era lo más impresionante, sino que alguien se interesará en esa escandalosa mujer. Sin tomarle más importancia al asunto se puso de meloso con Hinata, abrazándola y dándole besos en sus mejillas.

Las amigas de mi noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora