-¡¿¡¿Como que con una niñera?!?!- Grité siguiendo a mi madre por las escaleras, tratando de no tropezar.
-¿En serio pensaste que te íbamos a dejar dos meses sola?- Me contesto.
-Si.- Respondí obvia. Mamá volteó a verme severamente mientras entre cerraba sus ojos.-¿ O no?
-Por supuesto que no.- Sentenció.
Cerré mis ojos.
Todo un mes planeando que haría cuando mis padres se fueran y ahora se van al carajo en solo cinco minutos.-¿Porque no entiendes que puedo cuidarme sola?
-¿Y tú porque no entiendes que no tienen la edad suficiente para hacerlo?
Gruñí.
A veces realmente me desesperaba.-Cariño.- Dijo acercándose y poniendo un mechón de cabello detrás de mí oreja.- Sólo serán dos meses.
¿Crees que puedas estar dos meses con una niñera sin causar problemas?.Suspire y asentí levemente.
-¡Te amo!- Dijo bajando de las escaleras.
-¡Y yo a ti!- Grité mientras volvía a mi habitación.
Suspiré mientras me acostaba en mi cama.
Podía cuidarme sola.
No necesitaba una niñera.Gruñí.
Mi mamá no era fácil de convencer.
Así que lo único que quedaba hacer, era esperar.
Esperar a que la niñera entre por esa puerta y hacer de estos dos meses un infierno.