DEBO ENCONTRARLA

279 60 96
                                    

—Contesta, contesta, contesta —repetía desesperada— ¡Vamos! ¡Contes-!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Contesta, contesta, contesta —repetía desesperada— ¡Vamos! ¡Contes-!

—¿Hola? —al fin.

—¡Emily! —exclamé emocionada— Al fin contestas por Dios, tengo algo importante, amiga.

—Oh, bueno. Yo estoy bien, gracias. ¿Y tú? ¿También estás bien? Me alegro por ti, querida —respondió con un tono de burla.

—Ay, perdón. Es que... ¡en serio es importante y no lo vas a creer! —ya no podía aguantar.

—Bueno, debe ser muy importante porque me mandaste unos 50 mensajes... lo cual no pasa muy seguido —se rió.

—Ok... prepárate. 

—Tengo mis audífonos preparados, querida.

—Bien... ¡tengo una hermana melliza al otro lado del mundo! —Emily no respondía—. ¿Emi? ¿Estás ahí?

—¡¿Qué?! —a ella también se le escuchaba sorprendida—. ¿Qué clase de broma es esa, amiga? —se rió toda escandalosa como siempre.

—Oye, no es broma...

—What?! —se quedó en silencio un rato—. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Por qué?

—¡No tengo idea! —exclamé.

—Espera... cuéntamelo TODO, con lujo de detalles.

—Bueno, mis abuelos me contaron la historia. A ambas nos separaron cuando mi papá murió.

—¿P-Pero cómo te enteraste?

—Por una foto, estaba buscando un libro y pues... encontré una foto de ella.

—Wow... ¿Pero por qué te lo ocultaron?

—Me dijeron de que no fue decisión de ellos, sino que fue de mis otros abuelos, los de España.

—Vaya...

—Lo sé. No puedo creer que no me haya dado cuenta antes.

—¿Y tienes alguna idea de dónde puede estar? —preguntó Emily.

—Sí, me dijeron que está en España, vive con mis abuelos de allá.

—Wow...

—Sí, quiero conocerla, Emi.

—Yo también lo quisiera si fuera tú.

—Pero ya la busqué en Facebook y nada.

—Yo la busco en Instagram, ¿cómo se llama?

—Espera, ¿pero qué pasa si no te acepta?

—Puede que no tenga su perfil en modo privado.

—¿Pero y si lo tiene?

—Mangos... Ahí si ya no podría hablarle.

—¡Espera! Creo que mi abuela tiene su WhatsApp.

AVENTURAS #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora