Noche 6.

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Cuando llega las tres y treinta, en la madrugada. Todavía mi mente viaja por hilos enredados en tu imagen.
Se desenvuelven escenas ficticias de romances posibles.
Me he cansado de ver lo difícil. Prefiero un mundo de simplezas, si con eso te tengo.
En lo absurdo, lo unilateral no es más que un bosquejo de un pasado incoherente.
Me sorprende la vagueza de pobres palabras que expresan, de manera fortuita, un sentimiento indescriptible.
Después de un alboroto estoico, generado nada más que por tu simple foto en mi recuerdo, tal vez deberías asustarte por cuánto te amo.

InsomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora