*Yaoi* Lost in desire [Eunhae] [Yewook][Super Junior]

❤️Epílogo🔥

Se encontraba sentado en el sofá después de haber tomado una ducha con agua tibia, un albornoz blanco cubría su cuerpo mojado mientras su cabello era cubierto por una toalla, la cual, juraba que tendría rastros de su nuevo tinte. Tomó un poco de la crema facial que tenía en la mesita de ahí, la aplicó por todo su rostro dando masajes en sus mejillas y pómulos

Subió sus piernas y giró sobre el mueble para acomodarse en toda la extensión, con cuidado, flexionó sus rodillas para empezar a aplicarse otro tipo de crema en aquella zona que había depilado. Por la tarde, había acompañado a su mejor amigo y a su primo a un spa, donde además de hacerse una depilación corporal con cera, tomaron un masaje relajante con piedras y cambiaron de tinte de pelo

Por un momento quiso imaginarse que eran las manos de su esposo las que acariciaban su piel, que el peliplateado lo estrujaba entre sus brazos y le hacía el amor como solo él sabía hacerlo. La idea lo estremeció, acto que lo llevó a acariciar con parsimonia sus esbeltas piernas, como Jong Woon solía tocarlas. Llevó sus manos hasta su cuello cuando se excitó aún más, cerró sus ojos mientras se tocaba aquella zona, imaginándose que era la boca de su marido la que recorría cada rincón de esa parte

Se sobresaltó cuando sintió una mano colarse debajo de su bata para tocar su muslo izquierdo, abrió los ojos encontrándose con una mirada oscura, pero brillando del deseo. Las manos de su esposo recorrían toda su extensión hasta adentrarse más en el albornoz, donde se entretuvo con el miembro despierto de su pequeño

—Eres un travieso... —Susurró Jong con esa voz ronca que tenía cuando se excitaba, la otra mano la enredó en la cintura del, ahora pelirrojo sin dejar su trabajo debajo de la ropa —¿Quieres que te castigue? —Le susurró cerca de su rostro

—¿Hace cuánto llegaste? —Preguntó Wook reprimiendo gemidos de placer. Hizo para atrás su cabeza dejando caer la toalla que llevaba en el cabello, luciendo su nuevo look

—Digamos que no hace mucho, pero estabas tan concentrado que no escuchaste la puerta cuando se abrió y cerró —Se agachó y le robó un pequeño beso —Mira nada más lo que provocaste... —Tomó una mano del menor para llevarla a su pronunciada ingle

—¿Ah sí? —Sonrió ladino —¿Hay algo que pueda hacer para remediarlo?

—Depende... —Jong Woon besó su cuello —Tal vez no puedas remediarlo ahora, sino hasta que amanezca...

Unieron sus labios en un beso feroz, devorándose las bocas mientras luchaban por tener un dominio. RyeoWook llevó sus manos a la camisa de su esposo, desabotonando esta con rapidez para tocar la piel morena que tanto le encantaba. El de cabello plateado deshizo el nudo de la única prenda que portaba el pequeño, pero antes de exponer su hermosa y suave piel blanca, el sonido del teléfono los interrumpió

—No contestes... —Gimoteó besando su pecho

—A-amor... —Mordió su labio al sentir la boca del mayor en su tetilla —P-puede ser importante...

—No importa... —Subió hasta sus labios de nuevo. El teléfono dejó de sonar, no obstante, a los treinta segundos sonó el celular del menor

—Espera... —Se incorporó cubriéndose de nuevo con el albornoz —Ahorita seguimos —Contestó pese a los quejidos de su marido. Sonrió al ver que era DongHae, tal vez quería contarle cómo le fue con su esposo ante el tratamiento que se hicieron, o quizás necesitaba algo, puesto que estaban por dar las diez de la noche y era muy raro que alguien llamara a esa hora —Hola Hae... —Contestó con una sonrisa y tratando de disimular su excitación —E-estoy bien, gracias, ¿Y tú? ¿Qué dijo HyukJae de...?

Mientras hablaba por teléfono, Jong Woon contemplaba a su esposo con una sonrisa, el día anterior le había comentado que se haría un cambio de look junto a unos arreglos personales con su primo y DongHae; desde su despacho moría de ansias por llegar a casa y ver lo hermoso que había quedado, aunque sus expectativas fueron superadas por mucho; dos años de matrimonio y RyeoWook cada día se esforzaba por enamorarlo, aunque Jong siempre le recalcaba que es muy bonito se haga o no cambios; no le decía nada, porque su esposo se sentía bien con él mismo, y si el pequeño se sentía bien haciéndolo él no lo iba a contradecir