6. Arnold

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Con vergüenza cerré la puerta de mi habitación, me tiré boca abajo sobre mi cama. La oscuridad en la que posaban mis ojos era lo más cómodo, comparado con lo que estaba sintiendo. Seguía sumergida en sus palabras "Tenemos mucho de que hablar" <<¿Hablar de mí? ¿Hablar de Pepe? ó ¿Del chantaje? ¡Maldición!>>, pensé angustiada y temblorosa. Giré mirando hacia el techo, levanté mi brazo derecho y lo solté fuertemente hacia la cama, lo hice como 5 veces. Aquella angustia, temor y miedo se había convertido en furia e impotencia, de siempre ir un paso atrás de ellos. Inhale y exhale profundamente hasta encontrar el estado de tranquilidad, todo ello habrá durado como 10 minutos. Sin mucha demora, abrí el ropero, tomé el polo de Avenged Sevenfold, un pantalón ancho celeste y unas zapatillas Reebok. Me hice una simple cola, cuando me sujetaba el cabello pensaba en cómo proceder ante ésta nueva situación. No quedaba más remedio que usar a mi tía, para extraer información, aunque ahora lo más importante era saber que quería. Entre a la cocina como si fuese un día cualquiera, sonreí mucho en ese momento.

—Disculpa lo de antes. ¿Cómo te llamas?
—Me llamo Arnold, pero me puedes decir Terminator jajaja... —comentó sarcásticamente y de forma burlona.
—Jess, recuerdas que te hablé de él —intervino Beatriz.
—Si recuerdo algo, aunque quisiera que me lo contara Arnold.
—Claro que si Jessie, toma asiento y conversemos.

Me senté y me quedé mirando mi taza, habré estado en esa postura como 5 minutos, pensaba que preguntarle.

—¿Jessie hija todo bien? —interrumpió mi ausencia.
—Si todo bien <<Eso espero tía>>, pensé temblorosamente.
—¿Cuéntame Jessie llegaste a conocer a Pepe? —inquirió directamente.
—Era nuestro proveedor de carnes. Bueno ya sabes... Mi tía salía con él —comenté con satisfacción.
—Lo sabía. Mi linda Bea me contó todo.
—Jess espero comprendas, le conté todo a Arnold. El me confió varias cosas personales e íntimas —intervino con voz pasiva Beatriz.
—Entonces espero Arnold que respetes a mi tía ¿Podrás verdad?
—Claro que sí Jessie, claro que sí. —Mirándome fijamente sin parpadear.

El desayuno se desarrolló como uno familiar, hablamos de varios temas, entre ellos el problemas de la ciudad, transporte, productos, televisión y radio. Quedé muy asombrada al escuchar como se desenvolvía Arnold. Para ser indigente tenía buenos argumentos. Eran las 2 de la tarde, estábamos viendo carreras de caballos por la televisión, de pronto mi tía se retiró al baño, que estaba a 12 metros. Arnold comenzó a acercarse hasta llegar a mí. En aquel instante los caballos dejaron de correr, corrió una suave brisa helada por toda la sala. La mirada de Arnold era diferente a la de Paul, Pepe y Connor, era muy fuerte pero sin morbo. Se acomodó a mi costado y con voz baja empezó a conversar.

—Jessie que pequeño es el mundo ¿Verdad?
—No entiendo de qué hablas —dije titubeando.
—Tu tía me contó todo sobre la salida con Pepe, también me dijo que tenía una sobrina que se parecía a ella.
—¿A qué quieres llegar? —Alejándome lentamente de él—. ¿Qué quieres decirme?
—Seré breve, Connor me contó hace varios días, que vió a alguien salir del edificio y me dió tus rasgos. Por la noche me contó que se reunieron; y ayer que salí con tu tía, me percaté que ella fue la saliente de Pepe y que la violó. Está claro, que fuiste tú la que obró en venganza.
—<<¡Maldita sea!, estoy contra las cuerdas. De ésta no me salvo, debo eliminarlos ¡YA!>>, pensé furtivamente. ¿Qué quieres de mí?
—Es fácil yo no soy como Connor o Sara, que buscan salir del apuro. Yo busco estabilidad, felicidad y tranquilidad.
—Sé más claro —comenté contrariada.
—Quiero casarme con tu tía... Por ello necesito de tu ayuda.
—No creo que mi tía se case contigo —refuté con seriedad.
—Lo sé. Y debido a esta nueva situación, te convendria un trato. ¿Qué opinas?
—<<Podría ser una buena alternativa, en vez de asesinar>>, pensé  calmadamente. ¿De qué se trata?
—Se trata de lo siguiente: Yo no diré sobre el asesinato de Pepe y tú me ayudas a conquistar a tu tía.
—¿Estás hablando en serio? —susurrándole.
—Sí, porque pienso que ese estúpido carnicero se lo merecía ¿Sabes por qué?
—Te escucho —lo dije enfocada hacia su mirada.
—Nos regalaba carne a cambio de humillación. A veces la tiraba al piso o teníamos que quitársela a los perros...
—Entiendo... ¿Cómo sé que Connor y Sara no hablarán? Es más, me está chantajeando y desea intimar conmigo cuando a él le plazca.
—Lo sé, ellos son así como te conté. Déjame conversar con Connor sobre cómo llevar este tema... Cómo te digo, quiero alejarme de todo y hacer una vida tranquila y estable.
—Yo pienso que...

El Diario de JessieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora