MAGICAE → Percy Jackson

𝓔𝓵 𝓻𝓮𝓬𝓾𝓮𝓻𝓭𝓸 𝓭𝓮 𝓵𝓪 𝓬𝓻𝓾𝓮𝓵𝓭𝓪𝓭

[ El amor es una
guerra pintada de rosa]

—¡Deja de mirarme con deseo! —gritó Asteria mientras le arrojaba una almohada.

Luke la atrapó en el aire.

—¡No te miro con deseo! ¡Te estoy mirando con irritación! —exclamó para luego tirarle la misma almohada.

Asteria intentó agacharse pero ya le había dado en su pecoso rostro.

—¡Ay! ¡me duele! —lloriqueó la pelirroja sobándose la cara.

El hijo de Hermes rodó los ojos.

—No fastidies, Asteria, es una almohada, no un jarrón...

Ella bufó y se cruzó de brazos mientras todos los de la cabaña contemplaban aquella extraña escena.

—Voy a darme un bañito en la playa cuando, igual encuentro a alguna náyade, tengo ganas de pelearme.

Luke volvió a rodar los mientras la pelirroja pasaba correteando por su lado y se dirigía a la salida.

—¡No te masturbes pensando en mí! —gritó en el último momento antes de atravesar la puerta oyendo satisfactoriamente la indignación de su amigo.

Asteria bajó corriendo a la playa pero se decepcionó al ver que no había ninguna criatura a la que molestar.

Aún así decidió meterse al agua solo que en ropa interior.

Mientras empezaba a quitarse la camisa oyó un carraspeo detrás de ella.

Se dio la vuelta lentamente, aún con parte de su sostén descubierto y su naranja camisa en el rostro cubriendo su cara por completo.

Aún así logró ver a Quirón desviando la vista hacia la playa junto al chico que había derrotado al Minotauro.

Los ojos del chico se habían clavado en el torso desnudo (y un poco más allá) de la pelirroja, parecía que por mucho que se esforzase no los podía quitar.

A la hija de Hécate no le quedó más remedio que bajar su camisa.

—Hola...—musitó y Quirón la volvió a mirar, aliviado de no verla semidesnuda.

—Querida, él es Percy Jackson —presentó el centauro—Percy, ella es Asteria Wright.

Percy estaba demasiado sonrojado como para verla y eso la hizo sonreír burlona.