Lo primero es la semilla

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La jardinería es algo maravilloso, porque nos acerca criaturas que normalmente viven lejos de las junglas de cemento.
Es como tener plantas por mascotas.

En algunos casos, la terracita o el balcón, o la ventana, se convierte en nuestro punto verde personal. Pero dista mucho de lo que viene a ser el mundo salvaje.

El peor enemigo de nuestras plantas será la falta de agua, regida por el suelo, condicionada en menor parte por la situación.

Ya hemos visto los diferentes tipos (a gran escala) de vegetales que pueblan el mundo. ¡Es hora de meter las manos en la tierra, de salir a pasear, y ver dónde podemos plantar!

Muchas veces voy al campo porque disfruto del aire libre, nos permite relajarnos, encontrarnos a veces. Es una fuente de inspiración, y ver escenas. Pero debemos recordar que el mundo es nuestro, y podemos mejorarlo. Es nuestro gran jardín. Pero no podemos hacer lo que nos de la gana con él.

¿O si?

Si pensamos globalmente pero actuamos localmente, si estudiamos lo necesario o nos informamos de lo que queremos
y somos honestos con nuestro ser, se puede.

A veces veo un lugar y pienso "qué bonito, pero le falta un árbol. Quizás un fresno, o un pequeño roble, que de abrigo a los pájaros, que de sombra al viajero, que evite la desertización, que proteja el camino. Y que mucha, mucha gente pueda disfrutarlo, y en verano pueda sentarse bajo él."

Pero la realidad es que no en todas partes podemos plantar uno. Puede que lo que necesite ese lugar no sea un árbol, sino un par de arbustos, o quizás un manto de flores.

Nos lo dirá el paisaje. Hay que estudiar la historia.
Pensad siempre en el suelo, si queréis ver un árbol de mayores.

Para plantar, aconsejo intentar siempre de semilla.

Después de dar el paseo hay que analizar la situación.

¿Qué especie es la que menos representación tiene y es natural de aquí? (Qué conviene plantar)
¿Dónde estamos plantando? (especies vecinas, estado del suelo, la sucesión vegetal...)

Cuando nos hagamos una idea, habrá que Seleccionar al papá/mamá. Es cuestión de ir a un árbol ya existente de la especie que nos interesa y recoger sus semillas o un par de esquejes, siempre tratando de hacer el mínimo daño posible, y sembrarlos cerca.

Lo hacemos así porque ese árbol, al ser de allí, ya estará mejor adaptado genéticamente a las condiciones específicas del lugar. Siempre es mejor poner a alguien del sitio porque lo "conoce". Y hay que proteger la genética como si fueran datos de un USB. ¿No da rabia cuando un dato se corrompe?
Pues hay que evitarlo siempre dentro de lo posible.

Pero vayamos por partes.

¿Veis la raíz primaria? Es lo que ancla a la planta a la vida

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¿Veis la raíz primaria? Es lo que ancla a la planta a la vida. Es lo primero que nace. También se llama raíz pivotante, y es la más importante (¡vaya, un pareado!)

Guía de PlantabosquesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora