Decir que estaba cansado era minimizarlo. Estaba exhausto, ir de misión con esos tres no era nada fácil. Y lo peor es que el estar lejos de la villa, podía significar que alguien más tenga ventaja sobre su futuro marido... bueno, su posible futuro marido. Hace meses que Kakashi empezó a sentir algo más que amistad por el ex maestro de Naruto. Lo conoció cuando el tercer hokage lo asignó como compañero en una misión. Todavía no entendía como se le ocurrió, casi muere; era demasiado amable para ser un ninja como él.
Después de eso comenzaron a forjar una amistad, y con el tiempo él se empezó a sentir cada vez mejor a su lado. Podía decirse que era el único motivo que tenía para volver vivo de una misión. A veces se sentía egoísta, porque intencionalmente ahuyentaba a la posible competencia. No era tonto como para no darse cuenta que varios estaban tras de Iruka, aunque este si fuera tonto y no se diera cuenta. En fin, mejor para Kakashi.
Siempre que regresaba de una misión, venía con la intención de declararse de una vez, pero siempre se acobardaba. Era más difícil que cualquier tarea que le asignaban como anbu. Pero esta vez estaba decidido, había repasado una semana como se lo iba a decir, y sus posibles respuestas... bueno, ese era el plan hasta que se cruzó con él.
- ¡Kakashi-san! – estuvo tentado en salir corriendo, después de todo si le preguntaba decía que no lo había escuchado. No estaba preparado, ¡ni siquiera se había bañado!
- Oh Iruka, que sorpresa... - al menos debería disimular su incomodidad
- Supe que recién llegaron, ¿no vio a Naruto? – "que desilusión, por un momento creí que venía a saludarme y saber cómo estoy" pensó Kakashi con evidente congoja, que para su fortuna era disimulada por su mascara
- Si, Iruka-sensei, se fue al Ichiraku ramen. ¿Para qué lo busca? – obvio que le daba curiosidad, aunque trataba de disimularla abriendo su Icha Icha.
- Gracias Kakashi-san, quiero presentarle a Naruto mi nuevo compañero. ¡hasta luego! – dijo saludándolo con una gran sonrisa.
"Respira, tranquilo, todo está bien... ¡Claro que nada está bien! ¡Sabía que no tenía que ir a esa misión!"
Se repetía una y otra vez el peligris. Es que se había esmerado tanto para ser la única opción del maestro, y por irse una semana todo se había ido a la mierda. Tenía que saber quién era ese usurpador, y solo se daría por vencido si ve que realmente hace feliz al castaño. Pero hasta entonces solo tenía algo en mente...
"averiguar quién es la nueva compañía de Iruka"
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