Navidad

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¿Estaba consciente de que estar detrás de un árbol observándolo, era como ser un acosador? Probablemente, y ya se sentía como Hinata. Pero necesitaba saber si lo mejor era darse por vencido o seguir en carrera. Dependía mucho de quien era su competencia, y hablando de eso tenía algunas opciones: Yamato, Hayate y Mizuki. Una competencia nada fuerte, según el peligris.

Iruka era gay, eso lo sabía toda la aldea. Pero Kakashi, ese es otro tema. Él siempre fue el perfecto semental, y por supuesto heterosexual. Le gustaban las mujeres, sus cuerpos femeninos y curvilíneos. De todos los tamaños y colores. Le encantaban. Y si, se podía decir que era un calzón flojo, había pasado por la cama de muchas de ellas, hasta que lo conoció a él. ¿Entonces cómo llegó a enamorarse de un hombre? Es que el maestro no era cualquier hombre, incluso se veía un poco femenino. Pero, aunque admitía que era muy atractivo, no era ese el motivo por el cual llamó su atención.

El castaño era como una luz, todo en él era radiante, su sonrisa, su mirada, su apoyo incondicional, su personalidad. Para Naruto fue la luz que necesitaba en su vida, y para él también lo fue, aunque jamás se lo dijo. Cuando conoció a su ex pareja y esta lo abandonó, se sumió en los excesos, mujeres y alcohol. Ya estaba harto de esa vida, pero no sabía cómo salir, había perdido a todas las personas que quería, y estaba tan hundido que no le encontraba sentido a su existencia; más de una vez pensó en terminarla, pero hasta para eso se sentía cobarde. Hasta que...

Flashback

"Perfecto, otra estúpida misión de rango Chunnin" eso pensaba Hatake mientras recogía el pergamino. Era injusto que, por acostarse con la mujer del señor feudal de otra aldea, lo castigaran dándole misiones de bajo rango. No fue su culpa, ella se ofreció; además ni siquiera valió la pena. Por ir sumido en sus pensamientos, no se dio cuenta del muchacho que iba cruzando la esquina y termino derramándole el café encima.

- ¡Lo siento mucho Hatake-sama! – si no hubiera sido por la voz, hubiera creído que era una chica, una muy hermosa, por cierto.

- Deberías ir más atento, después de todo eres un ninja – sí, era demasiado parco, pero que se le iba a hacer.

- Lo sé, es que iba apurado. De nuevo perdóneme – y después de hacer una reverencia, que no fue correspondida, se fue.

"Tsk, ¿me pareció hermoso un hombre? Debe ser la resaca de anoche nomás" y así se fue a su casa a limpiarse y prepararse mientras se convencía que lo de recién solo fue por el alto grado de alcohol en sangre.

Al día siguiente se percató que efectivamente no era el alcohol. En su grupo estaba el chico torpe de ayer. Y si, era hermoso, pero no significa que se sintiera atraído.

- Soy Hatake Kakashi, y estoy al mando de la misión. Espero no hayan olvidado nada, porque no vamos a volver. Vamos.

Así partieron a la misión, algo bastante sencillo para un experimentado Jounnin, pero no tanto para sus novatos compañeros.
Todo transcurrió tranquilamente, hasta que se toparon con un grupo de ninjas de asalto. De nuevo nada difícil para él, pero el problema fue cuando uno de ellos atacó al chico torpe y este no reaccionó, y si no hubiera sido por el peligris, tal vez ese chico no la contaba. Se dio cuenta cuando sintió el filo del kunai envenenado enterrándose en su abdomen, de que su cuerpo instintivamente lo protegió. Y no, el no tuvo la intención de hacerlo, ni siquiera tuvo tiempo de pensarlo, solo lo hizo. Al menos, antes de perder el conocimiento logró traspasarlo con su chidori.

Cuando se despertó se dio cuenta, por el dolor, de que aún no estaba muerto. No tuvo suerte esta vez. También se percató de la presencia del chico a su lado, que se veía ojeroso y preocupado "¿habrá pasado algo?" se preguntó.

Nueva compañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora