Cercania

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Todos lo habían notado mucho antes de él mismo fuera consciente de ese hábito suyo que fomentaba cada día más, de manera inconsciente y casi compulsiva ya que había momentos en los que solo actuaba sin razón o excusa alguna de por medio aunque no es como si alguien intentara averiguar el por qué o incluso que la misma causante de dicho hábito le pidiera explicaciones así que se sentía con la inconsciente libertad de seguirlo haciendo cada que podía.

Fue hasta que los jades de Emma lo observaron de manera fija con la duda reflejada en ellos que Ray notó el ligero color rosado que ella tenía en las mejillas, además de que apenas tuvo su atención ella por fin dejó salir su duda haciéndolo caer en cuanta de que él llevaba un par de minutos dando palmaditas en la cabeza de su amiga ¿en qué momento había comenzado hacerlo? Retiró su tacto de ella excusándose de manera presurosa antes de evadirla tajantemente al realmente no saber qué decirle sobre sus acciones. Paso horas pensando pero simplemente no podía responder el porqué había invadido de esa manera el espacio de Emma ... Tampoco es que se tratara de la primera vez, por el contrario, fueron varios los recuerdos que se colaron en su mente haciéndole notar que desde su infancia en Grace Field House tenía cierta inclinación a llamar la atención de Emma tocando su cabeza, ya fuese dándole un pequeño golpe con el puño o dejando algunas palmadas sobre sus hebras naranjas pero esta era la primera vez que ella le preguntaba el porqué de su actuar y eso solo significaba una cosa.

Durante las siguientes dos semanas todos notaron el cambio radical en él azabache, si bien hablaba y se comportaba igual que siempre era evidente que había dejado de hacer su muy acostumbrado gesto, todos estaban un tanto expectantes o incluso podría decirse que también estaban acostumbrados a ver a Ray tocando la cabeza de Emma con una pequeña palmada cuando ella se portaba inquieta o cuando se separaban aún si fuera por solo unos minutos, también cuando estaba tranquila o feliz, más bien era algo sumamente normal verlo hacer aquello solo por que si, era casi un saludo para ellos o lo había sido hasta esas semanas en las que él azabache simplemente dejó su manía; cada vez que Emma actuaba como de costumbre en lugar de que Ray palmeara su cabeza, él chasqueaba la lengua y desviaba la atención del momento o simplemente hacía ese chasquido y se retiraba pasando de largo por completo lo que ella estuviese haciendo dejando la llamada de atención para alguien más confundiendo a todo el mundo con esa actitud pero era obvio que la mas afectada y confundida era Emma.

El ya no tener esa pequeña acción por parte de su amigo para Emma fue curioso ya que al principio no lo percibió como algo más o como algo significativo, después pasó a ser algo bastante extraño siendo que resintió todas esas veces en las que ella recibía la acción notando por fin el que realmente era algo que pasaba con mucha frecuencia y ahora podía decir con seguridad que era un cambio abrupto que de repente Ray pasara de largo todo el asunto, conforme los días pasaban y Ray seguía igual todo eso pasó de ser extraño a ser algo verdaderamente incómodo, Emma comenzó a sentirse olvidada por él azabache, de alguna manera el que Ray ya no hiciera eso le provocaba una sensación extraña en el estómago como una especie de vacío que le provocaba malestar haciendo que de apoco su semblante comenzará a cambiar; y su rostro no tardó en mostrar toda su inconformidad por el cambio en su trato con el chico así como el hecho de que comenzaba a percibirlo como algo bastante doloroso, además de que no dejaba de cuestionarse sobre qué pudo haber pasado o si es que había hecho algo mal y por ello Ray se había alejado de ella tan de repente, aquello solo aumento su malestar.

Al término de un largo mes Emma caminaba por su habitación en un círculo perfecto producto de su estado de animo tan presente, esperando la hora indicada y apenas esta llegó salió disparada hacia la biblioteca aprovechando el trayecto hasta su meta para repasar una y otra vez las palabras que emplearía para hablar con el azabache y tratar de arreglar la situación completamente indispuesta a que pasara mucho más tiempo con ellos en ese trato tan distante, inhaló con fuerza tratando de relajarse mientras se acercaba a paso lento hasta él azabache que se encontraba a punto de salir del lugar pero apenas sus miradas chocaron ambos se sumergieron en un pesado silencio incapaces de moverse de su sitió, para ambos era obvio que las cosas no estaban bien, Ray chasqueó la lengua al ver el semblante decaído de la pelirroja; incluso su peculiar antena parecía estar decaída haciéndolo sentir con ello la incómoda necesidad de ir hacia ella y confortarla como tan acostumbrado estaba a hacerlo, mentiría si dijese que no deseaba caer en sus malas costumbres con tal de sentirse nuevamente cerca de Emma pero esa ya no era una opción así que solo inhaló con algo de fuerza queriendo deshacerse de esas ideas antes de aventurarse a hablar.

RayEmma Week 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora