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—¿Y qué haremos hoy? —pregunto Marina dejando la servilleta en la mesa.
—Bueno amm... Tú podrías quedarte en casa y esperas aquí durante seis horas, ¿Te parece bien?

Es obviamente que Marina no estaba de acuerdo, ella no regreso a Australia para quedarse en casa de James casi todo el día. Mostró inconformidad y por supuesto que James lo noto e inmediatamente supo que ella no estaba de acuerdo.

—No, vine aquí para estar contigo, no para estar encerrada en tu casa.
—Y que quieres que haga, trabajo, ¿Entiendes? Ademas no puedo faltar, ya he fal...
—Espera, ¿Trabajas? ¡Dios! Debe de ser una broma, tu siempre dijiste que no trabajarías y quien sabes que tanto más ¿En qué trabajas? —pregunto finalmente ella después de interrumpir a James y reírse un poco.
—Trabajo en un cafeteria, ¡No me mires así!— Exclamo al ver la cara de Ally, una ceja levantada y con una mirada burlona—. Fue lo único que conseguí, planeo renunciar y buscar otro trabajo.
—Claro, como es fácil de conseguir uno —dijo ella de forma sarcástica. 
—Lo bueno es que no te gustaba hablar con sarcasmo ¡Eh!
—Ya ves; entonces...¿Qué haremos hoy?
—No tengo ni una puta idea.

Dijo James frustrado, y después de eso Ally decidió no volver a preguntar.

7:40 a.m.

James salió de aquella casa y camino hacia su trabajo. Y mientras tanto, Marina se encargo de las tareas domésticas, como lavar los platos sucios, limpiar la sala, aspirar el polvo con ayuda de la aspiradora, lavar el baño, lo mismo hizo con su cuarto. No lo hizo en el de James porque tal vez él se enojaría y porque ya estaba cansada.

Por lo tanto, después de bañarse bajo a la sala a ver un poco de televisión, le dejo al canal de MTV ya que estaba su programa favorito: Catfish: Mentiras en la red.

Dieron las cuatro y media y James llego, arrojó su mochila en otro sillón y se sento a lado de Marina.

—¿Qué hiciste mientras no estaba? —le pregunto James quitándole el control remoto de la televisión.
—¡Hey! —exclamó Marina y le trato de quitar lo que se le había sido quitado de sus manos—. ¿No es obvio? Limpie la casa, por cierto querido, se nota que haz limpiado durante un buen tiempo.
—Bueno, ¿Qué querías? No tengo personal como cierta persona —volteo a ver a Marina y ella se le quedo mirando de manera desafiante—, que limpié la casa mientras no estoy.

Y dicho eso Marina se quedo callada y regreso su mirada al televisor, viendo como el chico cambia de canal.

—No haya nada que ver, ¿Quieres ir a caminar un rato por el parque?
—De acuerdo, vamos.

Cinco minutos despues Marina salió de la casa junto a un James ya sin uniforme rumbo al parque y ella con unos tenis.

Una vez que llegaron a su destino, comenzaron a darle vueltas al parqué, niños corriendo pasaban alrededor suyo, la chica vio a una persona vendiendo algodón de azúcar y se le iluminaron los ojos.

—Vamos por un algodón de azúcar —dijo jalando el brazo derecho de su amigo para que caminara más rápido—.
—No traigo dinero Marina.
—Pero yo si, vamos, camina más rápido.

Rendido, James, camino detrás de su amiga más rápido, llegaron al puesto y la chica pidió dos algodones, ambos de color azul y cuando le dieron el precio por ambos, el chico le dio el dinero antes de que Marina lo hiciera.

—Mentiroso —dijo la chca rubia mirándolo de manera ofendida.
—Gracias señor y tú camina, vamos a sentarnos en una banca.

Y lo hicieron, se sentaron en una banca, viendo como los niños seguían jugando y madres detrás de estos, cuidando de que no les pasara algo o de hacer algo indebido.

—Que asco.
—¿Qué cosas?
—Las parejas, que no se cansan de presumir que tienen pareja.
—James, apuesto a que si tuvieras novia harías lo mismo y no digas que no.
—Claro no que, si tuviera novia no estaría con ella en un parque, estaría follando con ella.
—¡James!

Grito Marina para después reír, de nuevo se quedaron callados, comiendo su algodón.
La chica vio pasar a una pareja ya de la tercera edad caminando, se sentaron en un banca en frente de ellos a varios metros de ellos.

Se les quedo viendo y se pregunto si algún día estaría de esa forma con alguien, si llegaría de amar a una persona durante mucho tiempo.

—¿Qué pasa Marina? —pregunto el chico una vez que noto que su amiga dejo de comer y se concentró en algo.
—Nada sólo... —suspiro, sin dejar de ver aquella pareja—, ¿Crees que algún día tu y yo nos casemos? Quiero decir, ¿Llegaremos amar a una persona durante muchos años?

James de detuvo a pensar antes de hablar, se fijó hacia donde miraba su amiga y de ahí supo el porque de sus preguntas.

—No lo se, supongo que si. Aún somos jóvenes, hay que disfrutar la vida todavía y no estresarnos por ese tipo de questiones; además, cuando alguien ama demasiado a una persona y se da cuenta de ello, sólo en ese momento sabrá que quiere pasar toda su vida a lado de ella. En dado caso de que ninguno de los dos se casé, te prometo que nos haremos como pasitas juntos.
—¿En verdad lo prometes? No quisiera vivir los últimos años de mi vida sola.
—Te lo prometo, Marina, nunca estarás sola.

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⏰ Última actualización: Nov 21, 2016 ⏰

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