《𝗨𝘇𝘂𝗺𝗮𝗸𝗶 𝗡𝗮𝗿𝘂𝘁𝗼 𝘆 𝗦𝗮𝘀𝘂𝗸𝗲𝗳𝗲𝗺 𝗲𝗻 𝗕𝗡𝗛𝗔 》
Luego de La Cuarta Guerra Mundial Shinobi, el mundo ninja entro en una época de paz. Y para desgracia de todos, no duro mucho.
Los Ôtsutsuki volvieron a la tierra para recuperar aque...
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—¡Ya deja de molestar, Naruto! No es mi culpa que seas un idiota.—se queja Sasuke, levantando su mano frente a ella para hacer distancia con el rubio.
Este resopló enojado, frunciendo sus labios en un mohín antes de tratar de esquivarla—Es malo ser egoísta'ttebayo— reprende el chico, observándola de mala manera.
Fuyumi decidió acompañar a ambos chicos al centro comercial, para que de esa forma compraran algo de ropa con el dinero que les obsequió su padre. Cuando terminaron de hacer las respectivas compras, ella los llevó a una heladería para que probaran el delicioso helado que tanto le gustaba. Al principio ambos jóvenes estaban encantados, pero como siempre, las torpezas de Naruto terminaron estropeando el momento; el muchacho se distrajo mucho viendo a sus alrededores, y no notó que las bolas de su helado se estaba resbalando del cono, haciendo que cayeran al suelo segundos después.
Luego de pasar su corta etapa de depresión, Naruto decidió seguir adelante y robarle el resto de su helado a Sasuke.
—Bueno, si tanto lo quieres...—murmuró la Uchiha, y al ver como su amigo sonreía animado, le estampó el resto de su helado en el rostro— Buen provecho.
El joven Uzumaki se quedó unos segundos pasmado, asimilando lo que había sucedido antes de apretar los dientes con furia—¡Me las vas a pagar, Sasuke!—bramó, retirando torpemente algunos restos de helado con su mano izquierda.
Fuyumi apretó los labios para aguantar la risa, acercándose a Naruto para tomarlo por el borde de su camisa—Ya chicos, cálmense —musita, ganándose una mala mirada del rubio—. Naruto, por allá hay algunos baños, ve a limpiarte.
Este asintió de mala gana, observando con odio a Sasuke antes de dirigirse al lugar indicado. Pocos minutos después de la partida del rubio, el celular de Sasuke empezó a sonar, indicándole que tenía una llamada entrante. Esta frunció el ceño confundida, pasándole el artefacto a Fuyumi para que la ayudase a contestar.
—Eh... ¿Hola?—saluda incómoda, una vez colocó el celular sobre su oreja.
—Soy Naruto, ¡Dattebayo!—la odiosa voz del Uzumaki resonó al otro lado de la línea, haciéndola suspirar.
—¿Por qué me llamas si estamos en el mismo lugar?—cuestiona con fastidio, ganándose una corta risa de la albina.
—Quería hacer mi primera llamada.—responde alegremente, y no hacía falta verlo para saber que estaba sonriendo.
—Genial, ahora no importa cuanto me aleje de ti, siempre podrás fastidiarme.—masculla la muchacha, pensando seriamente en destruir aquel artefacto en sus manos ahora mismo.
