Uno

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A veces la fama termina consumiendote. No tienes intimidad, dejas de hacer las cosas que quieres porque tal vez eso perjudique a tu carrera, e incluso ya no tienes tiempo para ti mismo, que quizás sea lo que más me molesta.

No puedo afirmar que me gustaría volver el tiempo atrás, a cuando era un simple adolescente que le gustaba tocar música, que lo hacía únicamente por placer, y que no tenía a un conjunto de personas controlándole todo el tiempo lo que hacía o dejaba de hacer.

Desde mí participación en The x Factor, por uno u otro motivo, mí vida siempre ha estado patas arriba, y eso es algo que me trae loco. Pero a pesar de ello, no me arrepentía de ser quien era hoy en día. Porque a pesar de que tuve que sacrificar muchas cosas, también obtuve otras nuevas, y eso es algo que me alegra.

Gane amistades, experiencias increíbles, como la oportunidad de tocar en los estadios más importantes de todo el mundo, aprendí muchas cosas relacionadas a la música, y lo más importante, tuve la oportunidad de que otras personas pudieran escucharme. Escuchar mis letras, mis melodías. Y además, también logré que millones de personas estuvieran apoyándome con cada paso que daba.

Sin duda, eso era de lo que más orgulloso estaba.

Pero como suelo decir, todo tiene un límite. A veces, "el mundo de la fama", como solía llamarlo Rebecca, era increíblemente divertido, pero otras, era demasiado tortuoso.

El hecho de sentir que estaba dejando de ser libre, me estaba consumiendo, y necesitaba tomarme un pequeño y momentáneo descanso. Fue por eso que planeé alejarme de mí modo de vida por unos meses, viajando en secreto a un pequeño pueblo de Estados Unidos con poco más de dos mil habitantes, llamado Cooperstown.

Elegí esto principalmente porque luego de que decidimos tomarnos un respiro con la banda, unos meses atrás, los medios de comunicación han estado detrás de mí constantemente, atosigandome a cada lugar que iba, con preguntas que claramente no podía responder porque no tenía una respuesta. Entonces cuando le planteé a Rebecca, mi nueva mánager, esta loca idea que había estado avecinando mí mente estas últimas semanas, y luego de discutir por horas mí desición, no tuvo más remedio que terminar aceptandola.

Las únicas personas que sabían mí paradero eran ella y mí familia más cercana (es decir, mis padres y la familia de mí hermano) ya que mi intención era evitar que alguien supiera dónde estaría los próximos meses que estaban por venir.

Decidí que lo mejor sería teñir mí cabello, evitando así que fuera más fácil que me reconocieran, a pesar de que estaba casi seguro de que en mí lugar de destino nadie sabría quien era Niall Horan. Pero como siempre digo, es mejor prevenir antes que lamentar, por lo que tomé la desición de teñir mis mechones rubios que siempre me habían caracterizado, por un color chocolate intenso, y debo admitir que no se veía nada mal.

Luego del típico papelerío que había que hacer, del cual se encargaba Reb, finalmente era libre de viajar hasta aquel pueblo y tener mí merecido descanso.

Llevaba apenas una semana viviendo en Cooperstown y  tengo que confesar que era un lugar precioso. Quizás, lo que más le caracterizaba, era el hermoso lago que yacía al final de la pequeña ciudad, o el increíble estadio donde se practicaba béisbol, deporte que amo, o tal vez la cantidad de casas típicas estadounidense que rodeaban todo el centro del  pueblo, con sus colores característicos. Era libre de afirmar que lo que más me gustaba del lugar, era la desintoxicación que tenía, porque no había ni un solo rascacielos en la zona, ni ningún edificio con altura que pudiera tapar el hermoso y soleado cielo que hacía en pleno Julio.

This Town - {njh}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora