Después de corroborar con mi celular el año y la fecha en la que me encontraba, fui a ver a mi mamá que se encontraba en la cocina.
—¿No te vas a bañar?
—Si—. Aun seguía medio desorientada. Seguía sin poder creer lo que estaba pasando, estar en el 2012 de nuevo y tener 11 años otra vez era algo que estaba fuera de mi imaginación.
Tome una ducha, busque mi uniforme que se encontraba planchado y colgado en el ropero, vestirme de nuevo de esta forma era algo incomodo para mi, ya que hace mucho no vestía con uniforme, pero me gusto volver a usarlo.
La falda de cuadros color gris, la playera básica color blanco y mi suéter verde con una franja bordada en la parte del brazo izquierdo, era justo como lo recordaba, busque mis zapatos y mis medias y termine de cambiarme.
Sentía que era buen momento para hacer un cambio en mi, recordaba que cuando iba e primaria y parte de la secundaria mi madre me peinaba con una coleta de caballo pero a mi casi no me gustaba, así que decidí cambiarlo en ese momento.
Me encontraba frente al espejo y lo primero que se me ocurrió fue hacerme dos trenzas simples, como tenia mi cabello largo y chino las trenzas me quedaban justo a la altura del estomago, me saque unos pequeños cabellos de la parte de adelante y me coloque unos aretes que mi papá me había regalado.
Estaba lista.
Cuando llegamos a la escuela eran casi las dos de la tarde, mi mamá y yo nos formamos en la barda justo a un lado de la puerta principal, dieron las dos y las puertas se abrieron, yo veía como todas las mamas se despedían de sus hijos.
—Dale má, me tengo que ir—. le dije a mi mamá mientras no me soltaba de la mano.
—Perdón, tienes razón, al rato venimos por ti vale.
—Vale, vale te veo al rato.
La primera vez que entre a esa secundaria fue impresionante, y hoy en día me sigue sorprendiendo por lo grande que esta. Los maestros que estaban en la entrada nos mandaban a la parte de atrás, donde hacían honores.
Nos dieron la bienvenida, y nos acomodaron por grupo, nos iban llamando por apellido y nos formaban en filas, cuando terminaron de nombrar a mi grupo todos subimos las escaleras del edificio que estaba enfrente de nosotros. Cuando entre al salón busque el mismo lugar en el que me había sentado hace años atrás.
Cuando la maestra entro, hizo que sacáramos hojas de cuaderno y las recortáramos en pedacitos, la actividad era decir cosas de nuestros compañeros. Después de eso vinieron las presentaciones, cada uno dijo su nombre, que le gustaba y porque estaba acá.
Era mi turno, jamas me gusto presentarme al grupo se me hacia algo tonto.
Me levante de mi lugar y comencé a decir. —Hola, me llamo Alicia Acosta,me gusta el arte, practico natación y voy a clases de ballet, y estoy aquí porque es una de las escuelas que enseñan francés y que me gustaría aprenderlo—. Todos se sorprendieron por mi acento e hicieron comentarios, preguntas y un sin fin de cosas.
Después de una maravillosa presentación en el salón y después de que todos ahí sabían que era de nacionalidad Argentina y no Mexicana, justo a las 5:20 de la tarde sonó la chicharra para salir a receso. Era como un deja vu, revivir todo eso era algo groso, pero muy extraño.
Mis ojos buscaban a la única chica que en verdad era mi amiga, Betsabe. Su largo cabello de color negro y su incomparable estatura se dirigían hacia la puerta de salida, me apresure para alcanzarla y en ese momento apareció.
—Hola—. Se me cruzo justo enfrente de mí y en ese instante perdí a Betsabe.
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Un viaje poco convencional.
Teen FictionCuantas veces no quisiéramos cambiar un momento de nuestra vida, un error que cometimos, una mala decisión o simplemente un mal momento. Muchas veces. Pero es imposible. Una historia llena de misterio, llena de buenos y malos momentos, cualquier co...