Yoongi pasaba los días en aquella universidad con gracia, meterse en problemas era su pasión, su vocación.
Estaba en la fila de la cafetería, sólo compraría algo, después averiguaría que haría el día de hoy. Una sonrisa se pintó en su rostro al visualizar al conocido Jeon Jungkook con su adorable novio, el pequeño Taehyung.
Era la parejita más respetada en la uni, después de la de el Profesor Namjoon y su queridísimo esposo, Kim Seokjin.
Cabe aclarar que nunca había entablado conversación con el muchacho Jeon, no le intimidaba pero aquellos brazos que portaba el joven lo mantenían al margen; pero hoy quería más diversión, más castigo.
Salió de la larga fila y se dirigió a la mesa donde se encontraban aquellos, su plan le pareció mucho más agradable cuando pudo ver en la entrada de la cafetería la figura del estricto director, y como si el destino estuviese de su lado, el adorable Taehyung se levantó de su lugar con una mueca de tristeza y puchero en los labios; con sonrisa abarcando su cara se encaminó directo al de grado menor.
Yoongi y Taehyung habían cruzado una que otra palabra en el pasado, no eran amigos sin embargo sabían llevarse bien.
Cuando se encontró al costado del menor, pasó un brazo por sus hombros y le mostró una sonrisa cuando el pequeño lo vió con sorpresa.
—Y-yoongi—. Murmuró el menor con la voz un poco quebrada.
—Tae, ¿qué sucede? ¿Está todo bien?—. Tae no respondió, cuando el mayor vió los ojos del pequeño supo que estaba a punto de llorar, sin pensarlo atrajo al contrario en un abrazo, Tae pasó sus manos por el cuello de su mayor y soltó un sollozo.
Yoongi miró al novio perteneciente del que se encontraba abrazando, ambos se vieron con intensidad y Jeon se paró de su asiento.
—Tae, mi amor, haz entendido mal, no es a como piensas, déjame explicarte—. Habló Jungkook con cariño. —Min, ¿podrías soltar a mi novio? Tenemos algo que arreglar—. El tono cariñoso desapareció al dirigirse al mayor entre ellos.
Yoongi sonrió falsamente y quiso soltar al pequeño, sin embargo éste no se dejó y se apegó más al pecho del mayor. Un carraspeo se escuchó y Yoongi se tensó.
—¿Está todo bien aquí?—. La áspera voz del director se escuchó, Yoongi pasó saliva. Taehyung en ese momento se separó del de piel pálida, y se dirigió al que acababa de preguntar, limpió sus lágrimas y habló.
—Todo en orden director Park, no se preocupe—. Mostró una sonrisa e hizo una leve inclinación.
Yoongi sin despegar su vista de Jeon, y sin prestar atención al director, se acercó al de brazos fuertes.
—¿Qué fue lo que le hiciste ahora al pequeño Tae? Hay algo que no soporto y es ver a las personas llorando por alguien que no vale la pena—. Habló con voz amenazante y picando el pecho del contrario con su dedo índice.
—No me toques, y los problemas entre mi novio y yo no te incumben—. Jeon se acercó más al contrario, la diferencia de altura era evidente, sin embargo eso no intimidó a Yoongi.
—No me das miedo, seré capaz de cualquier cosa por defender a mis menores—. El primer empujón y los golpes se desataron.
—¡Jungkook no! ¡Detente! ¡Basta los dos!—. La voz desesperada de Taehyung se escuchó, ninguno de los dos le puso atención, los golpes siguieron y los insultos también.
—¡Jeon Jungkook, si no te detienes en éste instante te olvidas de que tienes novio!—. Aquellas palabras fueron las que hicieron que el mencionado se detuviera.
—¡YOONGI! ¡No me sorprendo, pero hoy pasarás lo que resta de la jornada de clases en mi oficina!—. El director Park se veía muy enojado, Yoongi se levantó del piso y pasó saliva con nerviosismo. Le dió una mirada con sonrisa a Tae y sacudió su mano.
—Siempre que necesites algo, búscame—. —Min Yoongi, lo estoy esperando—.
Aquellos dos salieron de la cafetería, uno hechando humos y el otro con nerviosismo pero sonrisa a la vista.
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