"Tú, Yo & Nuestra Historia"

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Valentina estaba acostumbrada a los lujos y a la buena vida que había disfrutado desde niña gracias a la posición de privilegio de su familia, sin embargo, no solía prestar atención a los temas relacionados con la clase social de las personas porque para ella existían otras cosas más importantes que esa en los seres humanos. Por lo que cuando su asistente Kels le comunicó que solo había disponibilidad en la Clase Turista Superior de aquel vuelo no tuvo ningún problema en aceptarlo ya que lo único que necesitaba era llegar a tiempo a su importante compromiso de negocios en su ciudad de residencia.

Después de sortear algunos imprevistos, como la chica del café, la empresaria finalmente logró llegar a su asiento en el vuelo C611 de la aerolínea British Airways y se dispuso a escribir un mensaje de texto: "Nathi ya estoy en el avión, nos vemos en unas horas. Un abrazo".

- Buen viaje de retorno a casa, nos vemos en el aeropuerto. Te quiero. - respondía su hermana.

Sonrió al leer esas palabras en su pantalla y procedió a bloquear su móvil colocándolo en el bolsillo derecho de su pantalón. Depositó su equipaje de mano y su abrigo en el lugar correspondiente, solo conservando en sus manos el libro que desde hace cuatro días estaba leyendo y que se había propuesto terminar durante el tiempo de aquel vuelo transoceánico. En sus adentro solo deseaba que el trayecto de regreso a casa fuera tranquilo y libre de complicaciones.

Minutos más tarde cuando estaba sumergida en su lectura sintió que su acompañante en el asiento de al lado hacia acto de presencia, aun así, pareció no inmutarse y continuó con su habida lectura por unos segundos más hasta escuchar la voz de aquella persona que decía:

- ¡Hola! Sé que no me conoces de nada, pero acabo de perder mi otro vuelo y tuve que comprar un boleto de último minuto en este... El punto es que ya no tenían más asientos disponibles y yo odio viajar en el pasillo, ¿te importaría si cambiamos de lugar? - la joven dijo todo esto de corrido casi sin tomar aire mientras acomodaba sus pertenencias en su lugar.

En ese momento Valentina levantó su cabeza para dar una respuesta a aquella petición, al dirigir su mirada a esa persona se encontró con aquellos hermosos ojos marrones que algún tiempo antes durante esa mañana la habían hipnotizado. Allí estaba de nuevo frente a ella la chica del café, que le sonreía con amabilidad y denotando genuina sorpresa ante los azares del destino que insistía en ponerlas frente a frente otra vez. La empresaria sonrió y se puso de pie para dar paso a la morena hasta el lugar que ella estaba ocupando.

- Adelante, es todo suyo- dijo con una sonrisa sin retirar la vista del rostro de la joven.

- Gracias, es usted muy amable. Juliana, Juliana Valdés - respondió ofreciéndole su mano a modo de presentación.

- Valentina Carvajal, un gusto volver a encontrarnos- se regalaron mutuamente una hermosa sonrisa que se acrecentó de manera involuntaria en cada una al sentir el contacto entre sus manos que se estrechaban por primera vez. Las sensaciones que ambas experimentaron fue algo desconocido para ellas, era electricidad que las hizo vibrar y, de manera casi inexplicable, aceleró los latidos de sus corazones.

Era la primera vez en su vida que Juliana sentía algo semejante, nunca fue de las que creen en el amor a primera vista, pero esta chica hasta hace unos segundos desconocida la había estremecido con solo mirar sus profundos ojos azules y ahora con su toque abría un abismo en su estómago en donde al parecer existían miles de mariposas revoloteando.

Valentina por su parte no salía de su asombro ante tanta belleza, pero se obligaba a reaccionar e intentaba contener el nerviosismo inexplicado que se había apoderado de ella. ¿Qué tenía esa mujer? ¿Qué la hacía diferente al resto? ¿Por qué tenía el poder de causar esas cosas en ella? Eran las preguntas que daban vuelta en la cabeza de la castaña.

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