Capitulo 9

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Mi respiración se hizo entrecortada, mi corazón latía fuertemente y hasta me dio la sensación de que se me saldría del pecho, no sentía mis piernas y casi me caigo, me sostuve de una roca para mantener el equilibrio, veía a los seres mas amaba en la vida, tirados en el piso, muertos, había unos hombres que por alguna extraña razón no podía verles la cara pero me miraron, sentí pánico, quería correr, pero al parecer, mis pies estaban enterrados en la arena, mis piernas ya no podían mas y me fallaron, caí de rodillas, ahora estaba mas vulnerable que nunca, se acercaban, tenían un hacha en la mano y cerré los ojos para no ver como el hacha se acercaba a mi y me quitaba la vida, sentía como el hacha se aproximaba a mi, ya casi tocaba mi cuello, pero esa sensación desapareció y no sentí  nada, abrí los ojos y estaba de regreso, en mi habitación, recostada en la cama, no pudo haber sido un sueño, se sentía muy real, al ver que no estaba Annie en el cuarto, como recordaba, baje las escaleras y la vi sentada con mis padres en la sala, al verme, sus rostros se iluminaron y Annie exclamo:

-¡Ya despertó!- y subió rápido y me dio un gran abrazo-No vuelvas a asustarme así ¿entendiste?-

-¿Qué paso?- pregunte confundida

-Te quedaste viendo la nada con los ojos como platos y luego te desmayaste- dijo Annie

-Por cuanto tiempo?- pregunte

-2 Días, nos tenias preocupados- dijo Annie

Mis padres intercambiaron miradas y dijeron:

-Alice tenemos que hablar- luego miro a Annie y continúo- A solas-

Annie entendió la indirecta se despidió y se fue, nos sentamos en la sala, ya no quería mas sorpresas, entre menos supiera, mejor, pero en cuanto tomamos asiento  empezaron a decirme de que mis poderes se estaban revelando, al parecer herede el poder de mi madre, la visión, mi padre no tenia, dice que cuando encuentre la caja tendré mas, no me preguntaron nada, sabiendo que estaba muy frustrada, pero, la verdad es que no quería nada, ni poderes, ni cumplir mi destino solo quería ser una chica como las demás, pero al parecer, no es posible, confundida y triste,  decidí tomar un paseo, y me encontré a Steve así que caminamos los dos juntos:

-No supe de ti en estos últimos días ¿Dónde estabas?-

-En mi casa- lo mire a los ojos, esos ojos color miel que me hipnotizaban y que hacían que sintiera un cosquilleo en el estomago, o mas bien Mariposas en el estomago me beso suavemente y dijo:

-Sabes que te amo, ¿cierto?- me dedico una sonrisa a la que le devolví una risita tímida

-Lose, y perdón por no poder estar tanto tiempo contigo, pero…-puso su dedo en mis labios y los acaricio suavemente, tenia ganas de contarle todo, pero no quería involucrarlo de ninguna manera, el solo seguía sonriendo, y no podía dejar de pensar en la visión que tuve, donde el estaba muerto.

-No digas nada, mientras no dejes de amarme, soy feliz- cada palabra que decía, derretía mas y mas mi corazón.

Me sujeto de la cintura y mis brazos se colocaron alrededor de su cuello, me empezó a besar la mano, el brazo, el cuello, las mejillas, la nariz, y sentía pequeñas caricias en cada parte que me besaba, se detuvo en mis labios, los miro con dulzura y me beso con pasión, ese día era unos de los que recordaría por siempre, ese día me recordó cuanto amo a Steve y que haría todo lo posible para que lo que vi no se cumpla.

Sin SalidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora